Si vieras lo que eso agrada a Jesús...

Haz un cielo dentro de tu alma,
pon en ella a Jesús en brazos de María.
No te preocupes de todo lo externo:
¿no tienes a Jesús en el corazón?.
Mira, no des a entender tu vida interior,
ni se traduzca al exterior tu desasimiento de todo.
Sé santo, pero un santo que esté en todo:
habla, ríe, consuela a los demás.
Enciérrate dentro de ti mismo con ese Jesús a quien tanto amas,
pero haz partícipes a los demás de lo que tienes.
Ocúpate con caridad de todo y de todos,
aunque algunas veces te violentes;
si vieras lo que eso agrada a Jesús...
Muy dentro, muy dentro con Él; pero al mismo tiempo,
que se vea por fuera en la humildad, en la caridad,
en la tierna solicitud para con el prójimo, para con todos.
Saber consolar, saber hacerse cargo, tratar con las criaturas;
mira que no quiero más que tu bien y tu perfección.
Hay que ser santo, pero humano.

Fuente San Rafael Arnáiz