¿Qué pasa cuando te hago una promesa y no la cumplo?

170. ¿Qué pasa cuando te hago una promesa y no la cumplo?

27 de Enero de 2013 (1:28 p.m.) 

Haz algunos actos de amor, pide por la salvación de las almas; anoche fui herido, cruelmente maltratado; te pido que consueles mi agonizante Corazón, recoge mi Sangre preciosa profanada y adórala.
Prodiga amor a mi Corazón, no todos los hombres me aman.
{Adorado Jesús mío, quiero darte todo el amor que los hombres no te dan, quisiera tener varios corazones para amarte.
Toma mi oración y haz que sirva de alivio a tu sufrimiento.
Permíteme sanar las heridas de tu Cuerpo con el lienzo de mi corazón, déjame secar tus lágrimas y hacerte sonreír con mi reparación, ¿Qué debo hacer para consolarte, para llevarme tu tristeza?}
Postrándote a los pies de mi Santa Cruz, siendo generoso en tu oración, olvidándote de tus necesidades y pidiendo a favor de los otros. 
Déjame que estampe en tu corazón mi rostro sufriente y te participe un poco de mi dolor; adora mis Sagradas llagas, estas son océano infinito de Gracia y de Misericordia.
Préstame tus hombros, quiero descargar en ti parte del peso de mi cruz.
{Veo a Jesús que camina tambaleante, lleva en su hombro derecho una cruz ensangrentada; entre cada paso cae una gota de su Sangre preciosa; al caer al suelo se convierte en un rubí, rojo. La voz de Jesús hace eco en mi corazón y me dice:}
Hijo mío: sé tú mi cirineo, ayúdame a cargar con mi cruz; mira cómo mis gracias se pierden porque no encuentro víctimas de amor para mi Sagrado Corazón; arriésgate tú y ofréceme tu vida como holocausto al Padre Eterno, dame descanso, me siento extenuado, sin fuerzas; mira el estado tan lamentable en que me tienen las almas.
{Sufriente Jesús mío, quiero caminar contigo por la calle de la amargura, quiero dar descanso a tu fatigado Corazón; hoy, de nuevo me ofrezco como víctima de amor a tu Divino Corazón, haz conmigo lo que tú quieras; permíteme recoger los rubíes de tu amor y guardarlos en mi corazón como tesoro de cuantiosa suma; cómo suscitar en el corazón de tus hijos amor hacia Ti, entrega generosa a tu servicio.}
Amado mío, tus palabras son alivio para mi Corazón sufriente; escribiré tu nombre en el libro de la vida, registraré tu voto de víctima y firmaré tu compromiso de amor con mi Sangre preciosa; en la medida que avancemos juntos por camino al Gólgota, irás recogiendo rubíes, rojos, que simbolizan las gracias que suelo conceder a las almas generosas y valerosas. ¡Ah, pero no te olvides de nuestro pacto de amor, de tu promesa! Porque, una promesa no cumplida es una deuda de amor que tiene el alma para conmigo.
{Mi Jesús amado, solo con tu ayuda seré fiel al pacto de amor en este día.  Pero,  ¿ qué pasa cuando hacemos una promesa y no la cumplimos?}
La tomo como una falta de amor para mi Divino Corazón, como un abuso a mi Misericordia; el alma, una vez ya juzgada, tendrá que responder en mi presencia y purificar por su negligencia en el purgatorio.
Por eso, hijo mío, antes de prometerme algo, óralo y disciérnelo, mira si estás en condiciones de cumplir tu promesa; no quiero que peques por no meditar bien en lo que piensas hacer.  
{Jesús, perdóname por las promesas que te he hecho y no he cumplido; gracias por la enseñanza que me das en este día; sé que desde hoy debo orar y discernir los pactos de amor, no tengas en cuenta mis pecados, borra en mí toda culpa.}

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.