No estás solo, estoy contigo

275. No estás solo, estoy contigo

18 de Mayo de 2013 (11:10 a.m.) 

{Señor, de nuevo mi corazón es herido; cada vez que escucho que las personas hablan mal de mí y que inventan cosas que no son ciertas, quisiera llorar.

Hoy me contaron que un sacerdote mandó recoger algunos libros, que un cenáculo de oración se desintegró.

¿Qué he de hacer, Jesús mío? Me siento impotente frente a todo lo que está sucediendo. }

Hijo amado: ora y ofréceme tus sufrimientos, porque yo también fui criticado, calumniado, señalado como si fuese un criminal. Lo que debes hacer es esconderte en mi Corazón y la paz invadirá todo tu ser; levanta tu mirada al Cielo y descubre su inmensidad, ocúltate en la soledad de mi Sagrario y te sentirás reconfortado porque no estás solo, estoy contigo, te cuido más que a la niña de tus ojos.

{Jesús, eres mi gran amigo; gracias por responderme, gracias porque siempre que acudo a Ti no me despachas con mis manos vacías, siempre que te busco te encuentro. } 

Pequeño mío, no te detengas; no dejes que las tormentas, que llueven sobre ti, te paralicen y siembren en tu corazón caos, desánimo, desaliento para continuar la marcha, cuando aún te falta mucho camino por recorrer.

Te aconsejo que guardes silencio, no digas nada cuando te sientas perseguido; ven a Mí que en el Sagrario te abrazaré, besaré tu corazón y te impulsaré a que sufras más por Mí.

{Señor, tengo miedo de padecer; aún soy muy flojo, el dolor me aterroriza; pero si para salvarme necesito del sufrimiento, heme aquí, estoy dispuesto a hacer tu voluntad. }

Te pareces a un niño, necesitas de Mí, eres muy pequeño para que camines solo, tienes muchos enemigos a tu alrededor; no temas, Yo te defenderé.

Cumple tu misión, lleva mi mensaje de Amor a todos los hombres. No te angusties, podrás cargar con el peso de tu cruz; llegarás, como Yo, al monte calvario; allí te consumirás de amor por Mí, allí me agradecerás que te halla llamado a asociarte a los misterios de mi Sagrada Pasión.

{Jesús, tus palabras me sorprenden, tu Misericordia no tiene límites. Hoy has levantado mi espíritu decaído; ya no tendré más miedo porque sé que Tú me proteges, me defiendes de algunos lobos revestidos con piel de cordero.

Hazme pequeño para que tu Gloria brille en mí, no dejes que el cansancio me desvíe de tu camino; haz que la hiel amarga, que be probado en estos días, sepa a dulce miel, a néctar del Cielo. }

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.