El apóstol de mi Sagrado Corazón

314. El apóstol de mi Sagrado Corazón

26 de Junio de 2013 (2:36 p.m.) 

Hijo amado, quiero que seas un apóstol de mi Sagrado Corazón, no pienses que te estoy pidiendo cosas difíciles de realizar; si me amas harás lo que te pido, si me amas te sacrificarás por Mí, morirás a tu "yo", y harás todo lo posible por agradarme; porque si haces en todo mi Divina Voluntad, heredarás el Reino de los Cielos.

Te preguntarás: ¿ quién es un apóstol de mi Sagrado Corazón? Y en este mismo instante te respondo:

Un apóstol de mi Sagrado Corazón es un alma que se ha reconocido pecadora y ha experimentado mi amor y mi Misericordia a través del Sacramento de la Confesión.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón es un alma que, después de haber experimentado los placeres fugaces del mundo, camina en la rectitud, en los principios de mi Evangelio; su meta es alcanzar el Cielo.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón es un alma que, a imitación de María Magdalena, ha emprendido el camino de la renuncia, de la mortificación y de la penitencia; su ilusión es alcanzar el Cielo por medio de mi Cruz. 

Un apóstol de mi Sagrado Corazón es un alma dispuesta a morir al hombre viejo, a erradicar de su vida el pecado para vivir en estado de gracia.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón peregrina en la tierra, camina tras mis huellas porque quiere descubrir el lugar en el que vivo.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón perfuma su alma con el nardo de la santidad; su mirada está puesta en Mí, ha perdido totalmente el encanto por las cosas del mundo.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón camina por la vía estrecha que le lleva al Cielo, carga con amor la cruz de cada día.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón consagra su vida a mi servicio, se hace mi esclavo de amor para rendirme toda la gloria y la honra que como Dios me merezco.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón tiene como norma de vida: alcanzar la santidad mediante el cumplimiento perfecto de mis mandamientos.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón hace como mi pequeño Juan: permanece a los pies de mi Santa Cruz amándome, pero también, reparando las ofensas y traiciones que recibo de muchísimos de mis hijos.

Hoy quiero invitarte para que seas apóstol de mi Sagrado Corazón y tomes la firme decisión, en tu vida, de dejarlo todo por Mí; quiero seducirte con mi voz, endulzar tu corazón con mis palabras porque te amo; morí en una cruz para darte vida; me quedé presente en la Sagrada Hostia, en todos los tabernáculos de la tierra; te espero y siempre te esperaré en la soledad de mi Sagrario para embriagarte de amor, darte a probar por adelantado algunas delicias del Cielo. No tengas miedo, te daré la fuerza que necesitas para sustraerte del mundo y cortar con todos los apegos que te atan, te esclavizan; no tengas miedo, te esconderé en mi Sagrado Corazón y te defenderé del enemigo cuando él quiera hacerte daño; no tengas miedo de correr tras la meta, para que alcances el premio que te tengo prometido.

Hoy, toma en tus manos este diario espiritual; y si quieres, pinta dos corazones, el tuyo y el mío; porque, a partir de este instante, mi Corazón está en tu corazón, los latidos de tu corazón son un "te amo", quiero hacerte esclavo de mi Amor Divino, quiero ser el Amo y Señor de tu vida, te trataré bien; solo cuando vea que estás en alto riesgo de perderte o de desviarte del camino que te lleva a la santidad, te amarraré tiernamente al cordel de oro que sostiene mi túnica. Daré un beso en tu corazón y despertaré en ti deseos de amarme, deseos de adorarme, deseos de tomarme como a tu único Dios. 

¿Estás dispuesto a vivir una aventura de amor conmigo? Pero piénsalo; no tomes decisiones precipitadas; solo has de saber que conmigo todo lo tendrás, mi amor y mi ternura jamás te faltará.

¿Estás dispuesto a rendirme todos los tributos que como Dios me merezco? Porque Yo sí que te amo con el alma y con el Corazón. Mira mis ojos llorosos, no de tristeza sino de alegría, porque hoy he encontrado algunas almas víctimas para mi Sagrado Corazón. Una vez hayas leído y meditado esta misiva de amor, búscame en un lugar solitario y dime todo lo que me amas; saca de tu corazón afectos humanos, porque no quiero un amor compartido, no quiero un corazón dividido.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.