Te necesito como mi pararrayos en la tierra
342. Te necesito como mi pararrayos en la tierra
2 de Agosto de 2013 (2:35 p.m.)
Quiero ser la brújula que guíe tu vida, no te apartes de mi lado ni un solo instante; cuando te sientas cansado, cuando hayas perdido el impulso o la fascinación, acércate a Mí, te daré a beber del agua viva de mi Divino Corazón y te sentirás nuevo, plenamente transformado.
Nada de tristeza, nada de melancolía, nada de turbación de espíritu; me tienes a Mí, obro maravillas, realizo prodigios en el alma que sabe abrirme las puertas de su corazón y me deja entrar, me brinda hospedaje, y el fuego de su oración acrecienta la llama de mi Amor Divino.
Toma mis palabras; toma este, mi diario espiritual como mi regalo, eres apóstol de mi Sagrado Corazón; por lo tanto me ocupo de ti, me preocupo por tu bienestar.
Conserva siempre la alegría en tu corazón, mantén el brillo en tus ojos; respira profundo cuando sientas que la soledad, el abatimiento te zarandean fuertemente; cuando sientas deseos de llorar, cuando busques desesperadamente a alguien para contarle tus cuitas, tus problemas, búscame mejor a Mí, no te defraudaré, estaré atento para escucharte, socorrerte en tus necesidades, dar solución a tus dificultades.
Eres apóstol de mi Sagrado Corazón, el manto de mi Misericordia se extiende sobre ti; he tenido unas gracias reservadas para entregarte; ha llegado el momento de descubrírtelas todas, ha llegado el momento de darte a gustar, por adelantado, algunas delicias del Cielo.
Repara, porque los pecados de los hombres me han crucificado de nuevo.
Repara, porque me encuentro solitario y abandonado en el Tabernáculo de mi Amor Divino.
Repara, porque muchos de mis hijos se han dejado seducir por el mundo, me han cambiado, me han relegado de sus vidas.
Repara por la ingratitud, el desamor, porque la rebeldía a mis leyes divinas son el pan cotidiano para mi agonizante Corazón.
Repara, crucifícate conmigo en el madero de la cruz, besa y adora mis sagradas llagas, seca mis lágrimas; muchas almas han caído en los abismos más profundos del infierno.
Repara, porque te necesito a ti como mi pequeño pararrayos en la tierra.
Repara, porque busco almas víctimas que mengüen mi dolor, mi sufrimiento, que sanen las heridas de mi Cuerpo Santísimo.
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.