Cuando llamo a alguien para una misión, Yo le preparo y le formo

19 . Cuando llamo a alguien para una misión, Yo le preparo y le formo

30 de Enero de 2014 

Agustín, háblame, exprésame por escrito los sentimientos que tú tienes por Mí; demuéstrales a todos que eres loco del Amor Divino. Ya no eres el mismo, una obra grande he hecho en ti, no tengas temor en plasmar por escrito tus emociones, también tus miedos; escribe las experiencias de nuestros encuentros, de nuestros coloquios de amor; coloquios que servirán para avivar la fe de mis hijos, coloquios que inundarán de paz muchos
corazones.

[Señor, ¿y qué quieres que te diga, si Tú todo lo sabes? Sabes que te amo, me llamaste, aun en medio de mi debilidad y de mi pecado; me llamaste a dejarlo todo por Ti. No me importa el que me haya tenido que separar de los míos, de mi familia, para formar parte de una nueva familia en la que reinas Tú.
Aquí estoy cumpliendo con lo que me pides, pero me sonrojo, Tú sabes Señor que quisiera permanecer escondido, oculto frente a las miradas del mundo, porque algunos hombres me lastiman, me hieren, pero todo esto Tú lo permites para abajarme, humillarme, hacerme más humilde, abandonarme por entero a Ti.
Hoy, Jesús, te expreso mi amor, sin Ti me moriría de tedio, el arco iris perdería su color, sería oscuro, lúgubre; sin Ti el sol no calentaría más, la luna no desprendería sus rayos de luz para iluminar mi camino. No encuentro palabras para expresarte mi amor, mis sentimientos; solo quiero decirte que eres mi locura, deseo partir de esta tierra para unirme Contigo por eternidad de eternidades.]

Haces bien en anhelar habitar en una de las moradas de mi Reino, esfuérzate en ser bueno, en cumplir con fidelidad la misión a la que te he llamado; no alcanzas a imaginar todo el bien que producirá, a las almas, este Diario Espiritual; no solamente es para que escribas tus experiencias místicas, tus encuentros a solas Conmigo; formaré buenos discípulos, formaré apóstoles de la reparación, por eso sé dócil a mis inspiraciones, no obstaculices mi obra; deja que sea Yo el timón de tu vida, no naufragarás; así de momento creas que no serás capaz de llegar a la meta. Te he elegido, precisamente, porque eres débil, eres temeroso; quiero mostrarle al mundo entero que cuando Yo llamo a alguien para una misión, de la magnitud a la que te he llamado, Yo le preparo y le formo; por eso postra a los pies de mi santa cruz tus miedos, tus dudas, tus vacilaciones.

[Gracias Señor por la seguridad que me das; gracias Señor porque no estoy solo, Tú caminas a mi lado, Tú habitas en mi pobre corazón.]

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2014 de la Comunidad de Siervos Reparadores.