UNA MISIÓN DE SERVICIO
Hola a todos.
Quisiera hacer una reflexión en voz alta de las circunstancias que suceden en torno al compromiso parroquial de los hermanos que participan en las diferentes áreas o grupos.
Es una valoración personal que hago en cuanto al uso de nuestro tiempo a favor del anuncio del Reino, dentro del entorno en que nos movemos.
Toda presencia es poca para las aportaciones que necesita cualquier Celebración o actividad parroquial, por lo que hay momentos, en los cuales se echan en falta esos hermanos, que por circunstancias diversas, no han podido asistir. Por consiguiente eso provoca a veces una reiteración de asistencia de otros hermanos que por su compromiso, sí pueden y por supuesto, porque su tiempo lo permite. Pero eso también provoca cierto tipo de ansiedad, que a la larga puede ser contraproducente, para éstos otros y de hecho suelen haber algunos, que al cabo del tiempo, “hacen excedencia” en su atención al cometido que viniera haciendo dentro de la Parroquia.
Para que eso no ocurra, quizás deberíamos valorar, meditar pausadamente, preguntar a nuestro Señor “qué quiere de nosotros”; “donde se encuentra mi sitio” y “donde puedo ser más útil”.
Llegando a una conclusión, se trataría de asumir esa misión con un compromiso fuerte y sincero, sin esperar nada a cambio y sí dar a los demás, de nosotros mismos.
No es cuestión de hacer muchas cosas para sentirnos bien, sino de hacer lo que realmente aporta nuestra intención y voluntad, cada uno en su espacio de compromiso y valía.
Hay un sabio refrán que dice que “el que mucho abarca, poco aprieta” y eso es verdad. Todas las manos son necesarias pero deberíamos concretar más y eso llevarlo con todas nuestras aptitudes. Así no nos “quemaremos” sino todo lo contrario, cada vez más sentiremos que, con la ayuda de nuestro Señor, y de nuestra Mamá la Virgen María, avanzamos, en el anuncio del Reino.
No pensemos nunca en “porqué el otro hermano hace o deja de hacer” ni en pensar que “yo lo hago mejor porque cumplo más”.
Pensemos solo en que Dios nos necesita y debemos estar dispuestos a cumplir la misión que Él nos tiene encomendada, en un claro ejercicio de servicio hacia Él y hacia nuestros hermanos.
Que tengáis un feliz día.
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