LA VERDADERA VIDA EN DIOS


19 de diciembre de 2009


"Soy Yo, tu Salvador,

Quien ha venido a ti para sanarte,
alma amadísima."


Queridos amigos:

Se me olvidó mencionar que en nuestra reunión de oración del sábado pasado, al final de la oración, abrimos los mensajes de la VVED para leerlos Allí también Cristo enfatizaba nuestra oración. Abrí al azar en el 13 de septiembre de 2002 y mi mirada se posó en el pasaje que empieza así:

Has dicho bien.

¡Oh, Día del Juicio! ¡Cuándo Mi Hijo resplandezca en lo alto del firmamento!
¡Bendito el que cree en Mi Palabra y cree que este Día no es una palabra meramente simbólica para sus oídos! Bendito el que no vitupere lo que viene del Espíritu, ni Lo ridiculice, cuando Mi Espíritu declare 'Fuego', que ha de venir pronto sobre los pecadores. ¿Cuántas maravillas más tengo que hacer para satisfaceros y oír de vosotros: "Siento haber pecado"?

Déjame oír estas palabras:

"Mi alma tiene sed de Dios,
pero mi lengua me llevó al pecado.
Mas, ahora, mi corazón se ha encendido
y arde lentamente dentro de mí, desde que Tú me visitaste.

Tú, que eres el más bello de todos los hombres y ángeles,
perfección de belleza y asombro de gracia,
revestido de zafiros incoloros,
deja que Tus llamas santifiquen a todos los que se acerquen a Ti.

Limpia mi culpa y que Tu Santo Rostro brille sobre mí.
Purifícame del pecado y abre mi oído
para que oiga y comprenda las Odas que Tú nos cantas.
Amén."


A esto responderé: "Yo nunca te fallaré, hijo Mío. Ven a Mí, y descansa en Mí. ¿No has comprendido que soy Fuego, un Fuego que inflama todo lo que Yo tomo? Todo aquél del que Me apodero, se tambalea en las llamas de divino Amor.

¿No he declarado Mi Fuego en las Escrituras? ¿No lo he declarado varias veces en esta Oda? Aunque tu espíritu, en su pecado, se encoja de miedo y de insoportable dolor cuando Me reconozca, al mismo tiempo Yo emitiré Mi Fragancia, y tu alma, en Mi Presencia, aunque aterrada al verse desnuda y en descomposición por el pecado y la transgresión de no haber seguido Mi Ley de Amor, se alegrará de que Yo, su Creador y su Dios, la visite.

Cuando caiga sobre ti este día, el día que Yo llamo "el Día del Señor", las escamas que cubren tus ojos se desprenderán, y verás tu yo real. Mi Fuego te reducirá a la nada ante tu consternación. Pero no te sofoques de miedo, ten buen ánimo, pues ¿de qué otro modo podrías verte a Mi lado? Cualquier mala tendencia que quede se volverá inactiva. Esta purificación es para transformar tu alma, a fin de que no se aventure de un lado a otro sin objetivo, sino que venga a Mí, que soy tu único Esposo divino.

No creo que muchos de vosotros hayan entendido lo que significa el Día del Señor. Cuando la voz del pájaro se silencie y callen las notas de su cántico, sabed que, en este silencio, llamaré a juicio todos vuestros actos ocultos, buenos o malos. El Día del Señor puede compararse a un mini-tribunal. Una Purificación por Mi Fuego que conducirá tu alma a Mi Gloria y a una unión perfecta Conmigo.

Cuando un alma está horriblemente manchada por el pecado, repugnante para Mí y para Mis Ángeles, Santos y bienaventurados, Mi visita la hará entrar en dolores de agonía y no se escapará de Mi Día. ¿De qué otro modo haré que tu alma se vuelva incorruptible y libre de pecado? ¿De qué otro modo puedo llevar esas almas al arrepentimiento? Solamente cuando las desnude con Mi Fuego, y vean por sí mismas en qué estado están, sólo entonces se darán cuenta de hasta qué punto eran posesión de Satanás. En las que esté ardiendo Mi Fuego Divino, purificándolas, las consumiré con este Fuego inmaterial, despertándolas y haciéndolas por fin conscientes de cómo están siendo transformadas. Transformadas con dolor, pero también con gozo, por el Amor de Mi Fuego transformador.

Para quien ya Me posea en cuerpo y alma, y Yo le posea a él, el Día del Señor no caerá sobre él, ni lo experimentará. ¿Por qué? Porque el Espíritu Santo ya habrá hecho sentir Su paso en ellos. Ya les ha llegado el Día del Señor. Podéis llamar también a ese Día, "el Día de Mi Visitación". Tras ese Día, el arrepentimiento y la obediencia a Mi Ley de Amor serán el tema de aquellos que Yo regenere con Mi Fuego. Ablandaré las almas que ahora son cual roca, y calentaré los corazones que son como hielo, y al momento se sentirá Mi Presencia en su resurrección.

En Cristo,
Vassula

18 de diciembre de 2009

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