Catequesis Familiar


Hoy, el dia después, de una Catequesis familiar -¿que porqué familiar? - pues, porque, por primera vez, he intentando, hacer un encuentro de Catequesis, además de los niños, con los padres de éstos.

Ciertamente no intentaba algo especial en cuanto a contenido o preparación, pero sí estuve dándole vueltas, desde hace algún tiempo, y me hice un pequeño guión en el cual repasé con ellos, el momento de la formación de la Iglesia, el dia de Pentecostés, donde a partir de entonces fueron haciéndose comunidades y grupos donde existía, como al principio, por parte de los apóstoles, esa unión, llena de fraternidad y amor, amparados por la Palabra y la Eucaristía; todo, hasta nuestros días. Les hablé de la organización que debemos tener, desde los laicos, que somos nosotros, hasta el Papa, representante de Jesucristo en la Tierra; todos y cada uno con su misión propia.

Todo ello no sería completo sin sentirnos acompañados por la persona más importante de nuestra vida, Jesús Resucitado; explicándoles todo lo que dijo en su día, que amparaba esa compañia, hasta el final de los tiempos. La forma en que está con nosotros, a través de La Palabra, la oración, los Sacramentos y las personas, y más concretamente las más desfavorecidas.

Recordamos los Sacramentos; Bautismo, Confirmación, Matrimonio, Reconciliación, Unción de enfermos, Orden Sacerdotal y el más importante, Eucaristía.

Ya, especialmente hablamos sobre el Sacramento del Bautismo, como una celebración donde entramos a forma parte de la Iglesia, y que fue instituido por Jesús a partir del envío de los Apostoles. Vimos los signos que conlleva este Sacramento, que son la señal de la Cruz, como cristianos que somos, el agua, que nos purifica y limpia del pecado original, el santo crisma, que su oleo perfumado nos consagra al Señor, la vela encendida, cuya luz se coge del Cirio Pascual, la cual de Jesús pasa a los padres para que con ellla iluminen el camino de sus hijos y por último, la vestidura blanca símbolo de la Gracia de Dios que recibe.

Les expliqué, que Jesús siendo superior a nosotros, en su Bautismo se abajó, como ejemplo para nosotros, por eso su primo Juan puso reparos de principio, pero Jesús le dijo que lo hiciera, por así debía ser, y así bajo el Espiritu Santo en forma de paloma y resonó la voz de Dios diciendo: Este es mi hijo amado en quien tengo mi complacencia -precioso-.

Con el Bautismo nos hacemos seguidores fieles de Jesús, donde nuestro comportamiento debe ser fiel reflejo de lo que somos, amando a nuestro prójimo, sea de la condición que sea. También, es importante saber que con ello recibimos al Espíritu Santo, que es el que realmente nos ayuda a superar todos los tipos de situaciones. En definitiva, un Sacramento que nos viene como un regalo de Dios.

Llegados a este punto, nos fuimos al Templo, padres y niños, donde junto el resto de las aulas, nuestro Sacerdote y una Catequista, hicieron la Expresión de Fé, que consiste en confesar la fé en este caso al Bautismo, acompañar con una canción titulada "Amen, que así sea..."; escuchamos la Palabra Hechos de los Apostoles 2,38 seguida de una oración de acción de gracias y por último Digo si a Jesús, donde se les instó a los niños a un compromiso para esta semana, de varios que se les apuntaron.

Tuvimos también, como especial, media hora de cantos, dirigidos por un catequista, que los niños prepararon, para la Celebración de la Eucaristia que van a tener el próximo domingo 28/11, donde se les entrega un Envangelio.

En fin, hoy, me he visto con ganas de compartir, en este blog, mi experiencia de Catequesis "familiar", la cual considero siempre llevada a cabo por El Espíritu Santo, que está ahí en todo momento, y que pienso, le he dejado actuar, a sabiendas de que por mí solo, sería incapaz de llevar adelante.

¡Gracias Dios mío, por acompañarme!.

En los Dos Corazones