Señor, no me faltes


¡Feliz año para todos !

Después de tanto tiempo sin conectarme, quiero compartir mi experiencia estas Navidades pasadas.

Una experiencia que me ha hablado de la Providencia de Dios pues hemos tenido en la familia un cuñado mío que ha estado al borde de la muerte, con 42 años por una neumonía, complicada con un virus -de momento sin identificar-.

Decir que han sido momentos duros para todos, pero en los que también se veía la esperanza de cada uno, si estaba puesta en Dios, o por el contrario solamente para pedirle explicaciones o incluso rechazo. Esto no dejaba de entristecerme y es que, por más que lo pudiera aclarar, no se estaba por la labor, y ello hacia sentirme dolorido por Dios. Una situación que probablemente Dios ha utilizado para unir a la familia e indicarle el camino del amor, solo ha servido para reclamarle y aún cuando hay quien ha acudido a los Santos, esto siempre se ha quedado desde el plano de " si me lo concedes eres bueno y si no pues ¡vaya Santo!" -tampoco han servido para acercarse a Él sino para contar con sufragios que ayuden-; como todo va saliendo bien ¡ estupendo ! pero me pregunto que hubiera pasado si no hubiera sido así -bueno, no me lo pregunto, lo sé-.

A mí, me ha encomendado el Señor vivir esta situación, compartiendo mi vida con mi suegro, el cual se haya en una edad que hay que estar pendiente de él y atenderle en sus necesidades y eso, precisamente, es lo que me está enseñando, pues aparentemente mi predisposición cristiana, he visto que deja mucho que desear, pues he tenido muchos reparos y digamos he aguantado mal algunas situaciones, porque alguien ha traspasado los limites de mi vida - ahí es donde veo que Dios me está enseñando a no pavonearme tanto de cristiano y hacerme pensar que soy un debil necio que necesita de Él en cada momento y que no debo pensar tanto en que los demás hacen o dejan de hacer, sino en que yo he de cumplir con los dos mandamientos principales, Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a mí mismo.

Me doy cuenta de lo fácil que es la vida, pero lo dificil que la hacemos y solo le pido a Dios que no deje de acompañarnos.

En los Dos Corazones