Entra en tu aposento
El Señor Jesús, en su enseñanza divina,
te mostró la coveniencia de orar con intensidad y frecuencia,
no para que tú repitas mecánicamente fórmulas de oración,
sino para que adquieras el espíritu de orar asiduamente.
También se nos enseña que conviene orar en todas partes;
así lo afirma el Salvador cuando dice: Entra en tu aposento (Mt 6,6).
Pero entiéndelo bien: no se trata de un aposento rodeado de paredes,
donde tu cuerpo se encuentra como encerrado,
sino más bien de aquella habitación que hay en tu mismo interior,
donde habitan tus pensamientos y moran tus deseos.
Este aposento para la oración va contigo a todas partes
y continua siendo un lugar secreto, cuyo único testigo es Dios.
San Ambrosio