Nuestra Señora del Cármen

Cuando despuntaba el alba,
cuando la aurora crecía
y las campanas cantaban
la oración "Ave María",
cuando el ocaso ponía
en mis dias, en mis tardes,
tristeza y melancolía,
escucho que tú me dices:
"Ama y espera, no sufras,
ya llega el eterno día".

El santo Simón Stock
nos dejó tu escapulario
sobre el pecho que te ama.
Como la rosa en la rama
me da su aroma encendido:
es prenda de salvación,
es un regalo, María,
Madre de Dios del Carmelo,
pero también Madre mía.

Dame tu mano, Señora,
llévame contigo al Cielo,
Madre Santa del Carmelo.

Fuente: (María Mercedes Barrera)