La Virtud del Amor


Voy a empezar esta breve meditación hablando en griego :

 ΨΥΧΗΣ ΙΑΤΡΕΙΟΝ 

 « Farmacia del alma ». Es una expresión griega que he tenido ocasión de leer hace unas semanas visitando la Biblioteca de St-Gall en Suiza. Estas palabras están inscritas justo encima de la puerta de entrada de la Biblioteca. El que entra allí, entra en una farmacia, una farmacia del alma. Sólo se puede entrar con unas zapatillas gigantescas de fieltro gris, para no estropear el suelo de origen, de madera decorativa. Si bien esas zapatillas carecen totalmente de elegancia, ofrecen sin embargo la ventaja de suprimir los ruidos de pasos y preservar así la calma y la armonía de la biblioteca (además de recoger el polvo).

 « Farmacia del alma ». Una biblioteca que contiene libros es como una farmacia que contiene medicamentos. Los libros son de alguna manera los medicamentos del alma, porque reconfortan y sanan, son estimulantes y calmantes, aportan energía, fuerza y salud.

 Pues bien, queridos amigos, ¿qué mejor medicamento podemos soñar para nuestras almas que el de los Mensajes de la Verdadera Vida en Dios? Los Mensajes de la VVED son una verdadera medicina para el alma, un bálsamo para nuestros espíritus cansados, divididos, letárgicos, ciegos y sordos, heridos y sufrientes.

 Así, el Señor nos decía la víspera del 11º aniversario de la VVED:

 Ve adelante a proclamar Mis mensajes que son un bálsamo curativo para la humanidad. (27 de noviembre de1996)

Cuando recuerdo la visita que tuvimos la oportunidad de hacer en 2008 a la famosa biblioteca de Alejandría, con ocasión de nuestra participación en la Pascua Ortodoxa, en compañía del Patriarca de Alejandría, vuelvo a ver y siempre me admiro ante esa cantidad increíble de libros que nos encontramos, millones y millones de libros destinados a constituir un centro de producción y difusión del saber, según dicen.

 Pero, ¿qué son todos esos libros del saber humano, de ciencia terrenal, de conocimiento temporal, comparados con la Palabra de Vida, que por un lado nos ofrece la Biblia y por otro nos recuerda y nos interpreta la Verdadera Vida en Dios? Viendo los millones y millones de dólares gastados para construir un templo así, dedicado al único objeto de mantener un conocimiento que no puede ofrecernos la verdadera felicidad, me digo que es una pena que por un lado se hayan gastado tantos recursos y tantas energías para realizar tal obra humana, mientras que por otro lado se haya hecho todavía demasiado poco en favor de la difusión de los Mensajes divinos que nos ofrecen, por el contrario, el verdadero conocimiento.

 Yo nunca Me revelo a los que pretenden tener conocimiento de cosas terrenales únicamente, porque ése no es el verdadero conocimiento que viene de Dios; el verdadero conocimiento es conocernos a Nosotros, en Nuestra Santidad Trinitaria, y vivir en unión íntima con Nosotros; (28 de noviembre de 1996)

Son incontables los mensajes en los que el Señor nos recuerda que Él es, ante todo, el verdadero Farmacéutico, que Él es nuestra salvación, nuestra sanación, nuestra liberación del mal y del pecado. Por eso, en los mensajes de la VVED, el Señor nos recuerda que la sanación forma parte integrante de su proyecto de salvación:

 Soy Yo, el Señor, buscando sanar y redimir a las almas. ¡Oh alma! Sí, soy Yo, tu Salvador, que he venido a tipara sanarte, alma queridísima; soy Yo, el Señor, que ha venido a llamar a tu puerta; Oh alma tan amada, te he traído hasta Mí; te estoy alimentando ahora, ¡ven!

 Acércate a Mí; Yo te embelleceré y te purificaré; sanaré todas tus heridas y te restableceré, hijita Mía; soy Yo el que ha venido a ti, he buscado tu alma; ven para que Yo te consuele; ven a descansar en Mí, alma; ven a Mí para comerme; ven a beberme;escucha la llamada de tu Redentor y tu alma vivirá; te amo, alma queridísima; Mi Sangre ha sido derramada a torrentes por ti, por tu salvación;

 ¿Alma? Ven a compartir Mi manto, Yo te cobijaré; seré tu Refugio; Yo soy Jesús y Jesús significa Sal­vador; (7 abril de 1988)

Jesús es el, verdadero Farmacéutico, el verdadero Médico de nuestras almas… Para evidenciar y realizar esto, desea transformarnos en árbol terapéutico.

 Serán como un árbol, renovados por Mi Espíritu Santo que nunca les falla y sus hojas serán medicinales; sí, su testimonio sanará a los enfermos, convirtiendo nación tras nación, pero no por ustedes mismos; no seren ustedes los que hablarán, sino Mi Espíritu Santo que vive en ustedes; (24 de enero de 1991)

La sanación del alma es prueba de la presencia y de la acción benéfica de Dios. Si los frutos (las sanaciones) del árbol son buenos, igualmente lo es el árbol. Pero también es cierto lo contrario.Si el árbol es bueno, los frutos serán igualmente buenos.

 “No hay árbol bueno que dé fruto malo (…) Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos.” (Lucas 6, 43-44)

 La credibilidad de la Verdadera Vida en Dios dependerá por lo tanto de la bondad de los frutos que logremos producir. Por eso Dios desea transformarnos en árbol, y especialmente en árboles frutales.

 Sean como árboles que crecen en las orillas del Río de la Vida, (Ap 22,1) que sus hojas sean un bálsamo medicinal (Ap 22,2, Ez 47,12)para los desdichados y que sus ramas produzcan frutos de santidad; (2 de junio de 1991)

 Y esos frutos, ¿qué son, cómo identificarlos? Saben lo que dice San Pablo sobre esto. Los describe, efectivamente, en la carta a los Gálatas (cap.5), se trata de los frutos del Espíritu Santo: “Amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí”.

 Los Mensajes de la Verdadera Vida en Dios también hablan de los frutos de paz y de amor, pero de manera general indican que las Virtudes son los verdaderos frutos del Árbol de la Vida.

 Te he dado el ejemplo de un árbol bueno que produce buenos frutos; ese árbol es El Árbol Perfecto, porque su Raíz es el Amor; sus ramas son todas las virtudes y son todas buenas; sin la Raíz del Amor, ese árbol no tendría ninguna virtud y, por tanto, ningún fruto. (26 de agosto de 1988)

  Si la adquisición de las virtudes nos pide ciertos esfuerzos, dichas virtudes serán para nosotros, sin embargo, la garantía del éxito en nuestros combates espirituales contra el mal. El Espíritu Santo nos los dice en este hermosísimo Mensaje:

 Te dije, amadísima Mía, que amaras la virtud, y te comparé a un árbol que tiene muchas ramas, de abundante follaje, porque fuiste arraigada en Mí, la Fuente de Amor, y de esa Fuente fuiste regada para producir muchos y variados frutos, frutos de virtudes; digo una variedad de virtudes porque quienquiera que esté arraigado en el Amor, que es el principio de todas las virtudes, dará origen a todas las demás virtudes; nos dice la Escritura: “El Amor soporta, el Amor es siempre paciente y amable; el Amor no es nunca envidioso o jactancioso; el Amor no es orgulloso; no es brusco ni egoísta; el Amor no se ofende ni guarda rencor; el Amor no se complace en los pecados o vicios de otras personas, sino que se alegra en el Espíritu Santo y se deleita en la verdad; está siempre dispuesto a disculpar, a confiar, a esperar y a soportar lo que venga;” te he dado la virtud de la fortaleza para que sea en ti el principio de todas tus demás virtudes, puesto que estaba preparando tu alma para esta batalla de tus tiempos, donde lo bueno se deforma en malo; al principio, a través de Mí, Cristo, así como el Padre, te instruyeron que te enviaríamos, amada Mía, a las viles profundidades del pecado, donde los que vuelven a crucificar a Cristo llevan como una corona la iniquidad y el vicio; Nosotros te mostramos, a través de visiones infundidas en tu intelecto, que te enviaríamos al nido de víboras, y así, con la virtud de confianza en Nosotros, junto con la virtud de fortaleza, podrías soportar y perseverar; con esta virtud, soportaste todas las injusticias, las flechas venenosas lanzadas contra ti; soportaste grandes pruebas por causa de Nuestro Nombre; y muchos de los que te contradijeron no pudieron quebrantarte; aunque desde el exterior parecías frágil, Yo te hice fuerte en tu interior, prueba de que estoy muy dentro de ti, y de que tu virtud está efectivamente arraigada en la Verdad; como he dicho, si estás arraigada en Mí, que Soy la Fuente de Amor Divino, obtendrás la virtud del amor; luego, como pequeñas ramas, el Amor dará origena otras virtudes; Hay numerosas virtudes concedidas a cada uno de los que, por gracia, fueron educados para amarme; y todo lo que se distribuye es distribuido por Mí. (22 de junio de 1998)

Pero antes de continuar esta antología de la virtud dentro de los Mensajes, tratemos de definir antes, brevemente, el término en sí. El Catecismo nos da una definición excelente (nº 1803): “La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas.”

 Si es interesante saber lo que es una virtud, sería mejor, me diréis, conocer sus cualidades y convencerse de su importancia. Lo que nos interesa ante todo es saber qué medios están a nuestra disposición para adquirirla, cómo poseerla, como imbuirse de ella a fin de que pueda alimentar el alma.

 La primera de las condiciones es nuestra disponibilidad para dejarnos enseñar por el Espíritu:

 Vassula, junto a Mí aprenderás; te enseñaré todas las virtudes para que seas capaz de glorificarme;(14 de febrero de 1987)

  Abriré las Puertas de las Virtudes a todos los que deseen aprender; sí, Yo Mismo, con Mi Propia Mano, colocaré en tu boca Mis Frutos; (5 de abril de 1989)

  Las virtudes son una protección para nuestra vida espiritual, contra las tentativas del maligno, tratando de engañarnos y de tender trampas para hacernos caer. Son nuestro escudo en la oración incesante.

 Les pido que oren incesantemente; no dejen que Mi adversario los encuentre dormidos; estén en guardia estos días; no le dejen tampoco hallar un huecoen ustedes, llénense de Mi Palabra, de Mi Amor, de Mi Paz, de Mis Virtudes; (5 de abril de 1989)

  Oren incesantemente, he ahí una petición del Señor que nos parece a veces muy difícil de poner en práctica. No hay suficiente tiempo disponible… falta de concentración… de inspiración, o sencillamente de ganas de orar. Todos ellos obstáculos que nos parecen imposibles de vencer. La Virtud está para ayudarnos a realizar ese objetivo.

 Pero, Señor, es difícil, a veces tengo que conducir, tengo que concentrarme en el camino, converso con amigos de cosas triviales, ayudo a mi hijo con sus deberes, de modo que ¿cómo podría tener constantemente Tu Presencia en mi mente? ¡Es casi imposible!

  Vassula, flor Mía, cuando estés en esas situaciones sólo tienes que recordar las virtudes, siendo humilde, servicial, suave, agradable, sincera, cariñosa; sí, ser virtuosa es acordarse de Mí;(8 de marzo de 1987)

¿Conocen el término ‘fitoterapia’? Es la utilización de las plantas según las virtudes que poseen: analgésicas, anti-inflamatorias, depurativas, digestivas, diuréticas, etc., etc…

 Así, el agua del té o de la manzanilla se impregna de las virtudes que poseen esas plantas, y el hombre, al beber esas infusiones, se aprovecha de sus beneficios.

 Por tanto, en la medida en que seamos, por así decirlo, “empapados” de las virtudes divinas, estaremos en constante presencia ante la faz del Señor, en oración incesante. Porque, a través de las virtudes, el Señor nos diviniza.

 Estar divinizado es reflejar el esplendor divino. San León decía: “La dignidad original de nuestra raza estriba en el hecho de que la bondad divina brilla en nosotros como en un espejo resplandeciente”

 En un himno que los franciscanos recitan diariamente se dice que S. Francisco era un “ virtutis speculum”, un espejo de virtudes.

 Absorbe de Mí mis Virtudes; (18 de octubre de 1987)

 ¿Sabiduría? Yo te instruiré gratuitamente con la Sabiduría; ¿Perseverancia? Yo la infundiré en tu alma hasta llenarla de celo; ¿Paciencia? Yo te daré la Mía; ¿Entereza para expiar por ti misma y por los demás? la absorberás de Mí;¿Amor? Yo colmaré tu corazón del Mío; ¿Paz? Mi Paz es tuya; ¡ah, hijita Mía! ¿Por qué has dejado de pedirme estas Gracias que pueden alimentar tu alma?(21 de junio de 1989)

 La virtud y la luz del alma son indisociables : “Tu palabra es una lámpara para mis pies, una luz en mi sendero” dice el salmista. Sí, verdaderamente las virtudes nos ayudan a caminar con luz en nuestra ruta de peregrinos.

 Recuerda que uno de los tesoros más nobles y más inestimables es el Conocimiento de tu Dios como tres veces santo, pues, con este tesoro, obtienes la íntima amistad con Dios, y a Dios Mismo. entre otros tesoros, tengo también el tesoro de la Senda de las Virtudes; esta Senda de las Virtudes está trazada por Mi Padre; es un Senda cubierta de zafiros, una deliciosa entrada al Cielo; para poder entrar en el Cielo y en Mis Atrios Reales, donde puedes entrar y salir entre Mis Ángeles y Santos puesto que contarás como uno de ellos,tu corazón debe ser hallado sin falta respecto a Mi Divina Voluntad; esta Senda está trazada al alcance de todo el mundo, y depende de ti entrar en esta Senda que conduce a la Vida;si te decides por Mí y entras en la Senda de las Virtudes, inmediatamente se iluminará tu rostro, y al final de esta Senda, Yo te estaré esperando para coronarte con capullos de rosas que nunca se marchitan, mientras alabas Mi Santo Nombre, tres veces santo. Ven, y no digas que no conoces las cosas ocultas de Dios. No digas que no tienes esperanza de tu recompensa de santidad, pues te he creado para que seas inmortal y santa. Te he creado para que gobiernes Conmigo, incluso estando aún en la tierra; Yo puedo deificar tu imagen si recibes el tesoro de la Senda de las Virtudes; bendito el que reciba este tesoro y lo utilice; mientras caminas sobre estos zafiros, adquirirás esperanza en tu corazón, porque tu esfuerzo será útil; tus logros serán de provecho para tu santificación y para Mi Gloria y Mi Trono; no volverás a extraviarte de la senda de la Verdad, pues Me tendrás a Mí como tu Santo Compañero; Yo seré tu Director Espiritual, dirigiendo tus pasos con Mi Cetro Real; la Soberanía estará contigo y el poder del Altísimo estará sobre ti para iluminar tus pasos; si eliges seguir la Senda de las Virtudes, significará que Me has elegido para que sea tu Rey a fin de reinar sobre ti; así, el Espíritu Santo te concederá Sabiduría por haber elegido andar por el camino de la gente buena, persistiendo en la Senda de los rectos; contempla los innumerables Tesoros de Mi Sagrado Corazón; hasta ahora te he estado instruyendo sobre el Tesoro del Conocimiento de Dios y de entenderle a Él; después sobre el Tesoro de la Misericordia, luego sobre el Tesoro de la intimidad y de cómo poseer a Dios, y luego sobre Tesoro de la Senda de las Virtudes; (…) ahora estoy revelando estos Tesoros, aunque no todos, para vuestra transfiguración y vuestra deificación; escuchad y vuestra alma prosperará y vivirá… tengo Tesoros insondables en Mi Corazón, y os los he estado dando a todos gratuitamente; así pues, como la tierra rinde y da cultivos “para suministrar semillas al sembrador y pan a los que han de comer, la Palabra que sale de Mi Boca no regresa vacía sin haber llevado a cabo Mi Voluntad, y conseguir lo que fue enviada a realizar”; Mi Palabra se os da para que vuestra mano tenga vigor para agarrar el borde de Mi túnica y no soltarlo; que vuestros pies prosigan de ahora en adelante la Senda de la Virtud, y que, inclinando sólo un poco más vuestro oído, comprendáis la Santa Sabiduría y Sus palabras; (Marzo/abril de 2001)

Jesús es el Buen Pastor que nos guía por el camino de las Virtudes. Escuchamos su voz y la reconocemos como Suya, porque nos transmite confianza, paz y alegría profundas. Es nuestro Buen Pastor y también la Puerta por donde entran las ovejas. “De Él y por Él” (Rm 11,36) encontraremos todas las virtudes necesarias a las exigencias de nuestro corazón

 Yo soy la Puerta por la que entran las virtudes; y como lo ha garantizado Mi palabra, reavivaré tu amor al evangelio para que tu entusiasmo por difundir el evangelio de la paz iguale al de los primeros apóstoles; (22 de junio de 1998)

  Después de la oración, he aquí que el Señor nos propone ahora otro medio para adquirir las Virtudes: ¡el arrepentimiento!

 También puedes volverte virtuosa si te arrepientes de verdad y Me abres tu corazón para que derrame en ti ungüento curativo; no te aísles de Mí, permíteme llenar tu mente con Mi Presencia, y Mi Herencia será tuya;(5 de mayo de 2001)

  El arrepentimiento es el fruto de una bienaventuranza evangélica: la pobreza de espíritu. Y esta bienaventuranza se ve favorecida por el ejercicio de las virtudes:

 Tengan presente que la humildad, la docilidad y la discreción son las virtudes claves que agradan a Dios y con ellas se hacen pobres de espíritu y por lo tanto irreprochables. queridísimos hijos, Jesús fue Humilde incluso para aceptar la muerte; nunca sean como el que dice: "lo tengo todo y lo sé todo y no necesito el consejo de nadie"; permanezcan pobres, sean pobres para que en su pobreza Dios pueda reinar en ustedes y ser Rey; no permitan que ninguna clase de presunción se apodere de ustedes. (18 de marzo de 1991)

  Las virtudes son igualmente la defensa contra los ataques del demonio:

 Sé lo frágil que eres y cuánto le gustaría a Satanás verte aniquilada de la faz de la tierra, pero Yo estoy a tu lado; por lo tanto, no te quejes nunca y acepta graciosamente todas tus pruebas, con amor y con gran humildad; con estas virtudes el demonio se verá desarmado y huirá. (17 de abril de 1992)

  Y finalmente la virtud que cada uno de nosotros sueña poseer algún día: la virtud angélica de la impasibilidad:

 Quien esté unido a Mí estará rodeado de virtudes diversas; Yo vallaré Mi delicioso jardín con esas virtudes y lo sellaré con la virtud angélica, la impasibilidad, para que alcance la perfección; el Santísimo que transciende el cielo y la tierra te puede ayudar a conseguir tal libertad por medio de Su Gracia; libre de sentimientos y tentaciones carnales, dándoles muerte, aniquilando esos malos olores, sustituyéndolos por una luz fragante; Yo te ofreceré, una vez unida a Mí, la verdadera libertad de la carne y cristalizaré tu espíritu de un modo tan inefable que parecerás como un diamante; Yo, que soy el Absoluto, infundiré en ti el deseo de adorarme, el deseo de estar permanentemente dentro de la Vida, el deseo de estar ataviada de luz perfumada, el deseo de que Yo siga exhalando sobre ti Mi perfume para mantener viva Mi Llama en ti; Ahora que te tengo junto a Mí, amadísima Mía, rodeada de Mi resplandor envolviéndote en Mi Gloria, te tengo injertada en Mí. (30 de abril de 2003)

  Me detengo aquí, queridos amigos. Aún hay mucho que decir respecto al tema de las virtudes en la VVED, pero no tenemos tiempo. Espero haberles permitido saborear un poco la belleza y la generosidad de la invitación insistente y atenta que nos hace el Sagrado Corazón de venir a extraer de Él la infinita riqueza de Sus Virtudes.

 Como conclusión, me permito, en calidad de franciscano, dejarles leer esta oración escrita por el mismo San Francisco de Asís y que es un himno a las virtudes.

 SALUDO A LAS VIRTUDES (San Francisco de Asís)

 ¡Salve, reina sabiduría!, el Señor te salve
 con tu hermana la santa pura sencillez.
 ¡Señora santa pobreza!, el Señor te salve
 con tu hermana la santa humildad.
 ¡Señora santa caridad!, el Señor te salve
 con tu hermana la santa obediencia.
 ¡Santísimas virtudes!, a todas os salve el Señor,
 de quien venís y procedéis.
 No hay absolutamente ningún hombre en el mundo entero
 que pueda tener una de vosotras si antes él no muere.
 El que tiene una y no ofende a las otras,
 las tiene todas.
 Y el que ofende a una,
 no tiene ninguna y a todas ofende.
 Y cada una confunde a los vicios y pecados.
 La santa sabiduría confunde a Satanás
 y todas sus malicias.
 La pura santa sencillez confunde a toda la sabiduría de este mundo
 y a la sabiduría del cuerpo.
 La santa pobreza confunde a la codicia
 y avaricia y cuidados de este siglo.
 La santa humildad confunde a la soberbia
 y a todos los hombres que hay en el mundo,
 e igualmente a todas las cosas que hay en el mundo.
 La santa caridad confunde a todas las tentaciones diabólicas y carnales
 y a todos los temores carnales.
 La santa obediencia confunde a todas las voluntades corporales y carnales,
 y tiene mortificado su cuerpo para obedecer al espíritu
 y para obedecer a su hermano,
 y está sujeto y sometido a todos los hombres que hay en el mundo,
 y no únicamente a solos los hombres,
 sino también a todas las bestias y fieras,
 para que puedan hacer de él todo lo que quieran,
 en la medida en que les fuere dado desde arriba por el Señor.