«Queridos hijos, estoy con ustedes con la bendición de mi Hijo, con ustedes que
me aman y procuran seguirme. Yo también deseo estar con ustedes, los que no me
aceptan. A todos les abro mi Corazón lleno de amor y los bendigo con mis
manos maternas. Soy una Madre que los comprende. He vivido vuestra vida y he
experimentado vuestros sufrimientos y alegrías. Ustedes que viven el dolor,
comprenden mi dolor y sufrimiento por aquellos hijos míos que no permiten que
los ilumine la luz de mi Hijo, por mis hijos que viven en la obscuridad. Por eso los
necesito a ustedes, a ustedes que han sido iluminados por la luz y que han
comprendido la verdad. Los invito a adorar a mi Hijo, para que vuestra alma
crezca y alcance una verdadera espiritualidad. Entonces, apóstoles míos, de esa
manera me podrán ayudar. Ayudarme significa: orar por aquellos que no han
conocido el amor de mi Hijo. Al orar por ellos, ustedes demuestran a mi Hijo que
lo aman y lo siguen. Mi Hijo me ha prometido que el mal nunca vencerá, porque
aquí están ustedes, almas de los justos; ustedes que procuran decir vuestras
oraciones con el corazón; ustedes que ofrecen vuestros dolores y sufrimientos a
mi Hijo; ustedes que comprenden que la vida es solamente un abrir y cerrar de
ojos; ustedes que anhelan el Reino de los Cielos. Todo eso los hace a ustedes mis
apóstoles y conduce al triunfo de mi Corazón. Por eso hijos míos purifiquen sus
corazones y adoren a mi Hijo. ¡Les doy las gracias!»
Fuente: http://www.medjugorje.es/
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