Sin dolor y sin esfuerzo no hay virtudes


San Gregorio Magno decía:
“Hay algunos que quieren ser humildes, pero sin ser despreciados; quieren contentarse con lo que tienen, pero sin padecer necesidad; ser castos, pero sin mortificar su cuerpo; ser pacientes, pero sin que nadie les ultraje.
Cuando tratan de adquirir virtudes y a la vez rehúyen los sacrificios que las virtudes llevan consigo, se parecen a quienes, huyendo del campo de batalla, quisieran ganar la guerra viviendo cómodamente en la ciudad”.
Leyendo esto, me ha hecho caer en la cuenta de que hay mucha razón en ello, pues cuando las cosas nos van bien, todo es mucho más sencillo y podemos “hasta” parecer perfectos creyentes, pero ojo, que no nos salgan contrariedades, pues empezamos a no verlo ni actuar con tanta claridad. Creo, con sinceridad, que en muchas ocasiones, ahí me encuentro yo y es por eso que mi reflexión me da la ocasión de pensar que he de asumir todas esas situaciones anómalas con la verdadera actitud cristiana y por supuesto, contando siempre con la ayuda misericordiosa se nuestro Señor, que siempre está ahí, para cargar con nuestras debilidades, si es preciso, y así ayudarnos a superar esos trances.
A Dios le pido que siempre que me vea en esas circunstancias me acuerde siempre de estas palabras tan llenas de luz.

Que tengas un feliz dia.
En los Dos Corazones

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