DAR A CONOCER LA DOCTRINA DE JESUCRISTO


Éste verdaderamente es el profeta que había de venir…Jamás ha hablado nadie así. El Señor habla con gran sencillez de las cosas más profundas, y lo hace de modo atrayente y sugestivo. Sus palabras eran comprendidas tanto por un doctor de la ley como por los pescadores de Galilea.
La palabra de Jesús es grata y oportuna. Insistía con frecuencia en la misma doctrina, pero buscaba las comparaciones más adecuadas a quienes le oían: el grano de trigo que debe morir para dar fruto, la alegría de encontrar unas monedas perdidas, el hallazgo del tesoro escondido…Y con imágenes y parábolas ha mostrado de modo insuperable la soberanía de Dios Creador y, a la vez, su condición de Padre, que trata amorosamente a cada uno de sus hijos. Nadie como Él ha proclamado la verdad fundamental del hombre, su libertad y si dignidad sobrenatural, por la gracia de la filiación divina.
Las multitudes le buscaban para oírle, y muchas veces era necesario despedirlas para que se marcharan. Cristo tiene palabras de vida eterna, nos ha dejado el encargo de transmitirlas a todas las generaciones hasta el fin de los tiempos.
También hoy las gentes están sedientas de las palabras de Jesús, las únicas que pueden dar paz a las almas, las únicas que enseñan el camino del Cielo. Y todos los cristianos participamos de esta misión de dar a conocer a Cristo. <>.
Es mucha la urgencia de dar a conocer la doctrina de Cristo, porque la ignorancia es un poderoso enemigo de Dios en el mundo y es <>. Esta urgencia es aún mayor en los países de Occidente, como hubo señalado repetidas veces el Papa Juan Pablo II: <>.
Cada cristiano debe ser testimonio de buena doctrina, testigo –no sólo con el ejemplo: también con la palabra- del mensaje evangélico. Y debemos aprovechar cualquier oportunidad que se nos presente- sabiendo también provocar, con prudencia, esas ocasiones- con nuestros familiares, vecinos; con aquellas personas que tratamos, aunque sea por podo tiempo, con ocasión de un viaje, de un congreso, de unas compras, de unas ventas…
Para quien desea recorrer el camino hacia la santidad, su vida no puede ser como una gran avenida de ocasiones perdidas, pues quiere el Señor que nuestras palabras se hagan eco de sus enseñanzas para mover los corazones. <>.

Fuente: Cuaresma 4ª Semana HABLAR CON DIOS de Francisco Fernández Carvajal