¡Y ellas te hablarán de mí!
Compartir quiero mis dias
con otras almas hermanas
y partir mis alegrías
que en lo que tienen de humanas,
tan suyas son como mías.
Abrir a todos mis brazos
y consolar sus pesares,
y entre risas y cantares
darles la vida a pedazos.
Y al fin rendido, quisiera
poder decir cuando muera:
Señor, yo no traigo nada
de cuanto tu amor me diera...
¡Todo lo dejé en la arada
en tiempos de sementera!
Allí sembré mis ardores,
vuelve tus ojos allí,
que allí he dejado una flores
de consuelos y de amores.
¡Y ellas te hablarán de mí!
Fuente: José María Pemán