Te adoro con devoción

Te adoro con devoción,
Dios escondido,
oculto verdaderamente bajo estas apariencias.
A Ti se somete mi corazón por completo,
y se rinde totalmente al contemplarte.

Al juzgar de Ti se equivocan con la vista, el tacto,
el gusto, pero basta con el oído para creer con firmeza;
creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios;
nada es más verdadera que esta Palabra de verdad.

En la Cruz se escondía sólo la divinidad,
pero aquí también se esconde la humanidad;
creo y confieso ambas cosas,
y pido lo que pidió el ladrón arrepentido.

No veo las llagas como las vio Tomas,
pero confieso que ere mi Dios;
haz que no crea más y más en Ti,
que en Ti espere, que te ame.

Fuente: Santo Tomás