El Señor me ha invitado a su casa...
El Señor me ha invitado a su casa,
la mesa está puesta, dispuesto está el pan;
un lugar en la mesa yo tengo,
hay fiesta en mi alma y quiero cantar.
Gracias, Señor, llego cansado y vencido,
y me esperas igual que un amigo
espera al amigo que en todo triunfó.
Gracias, Señor, porque mi alma está triste y desierta
y me estás esperando en la puerta,
dispuesto a llenarme de fuerza y valor.
Gracias, Señor, porque llego como el peregrino
que ha perdido la fe en el camino
y Tú me devuelves la fe en el amor.
Gracias, Señor, porque traigo en mi rostro amargura
y tu imagen derrama ternura,
sembrando en mi alma la luz del perdón.
Fuente: José Miguel Cubeles