¿Estás decidido a ser alma reparadora?

 4 . ¿Estás decidido a ser alma reparadora?

9 de Enero de 2014 

[Jesús, aquí estoy de rodillas frente a tu presencia eucarística, quiero entregarte lo mejor de mi vida, pero también quiero entregarte mis debilidades, mis pecados.
Quiero, Señor, Jesús, en este día, rogar por todos los sacerdotes y consagrados del mundo entero, atráelos con los rayos de tu Misericordia Divina: Señor, haz que sean otros Cristos en la tierra.
Jesús, aquí estoy con mi corazón contrito y humillado reconociéndome el más miserable de todos los pecadores, porque he abusado de tu Misericordia; tantas gracias derramadas del Cielo, tanto amor prodigado a los hombres y a cambio recibes desprecios e ingratitudes. Quiero ser verdadera alma reparadora de tu Sagrado Corazón.]
Tomo tu ofrecimiento en este día; escribiré tu promesa en el libro de oro de mi Divino Corazón y, de vez en cuando, te estaré recordando tus palabras, porque tristemente los hombres me hacen promesas de momento, de emoción, y con el correr de los días, del tiempo, se olvidan y se desvían de nuevo por el camino amplio y espacioso, por el camino fácil; porque les cuesta hacer penitencia y mortificación, les cuesta el cargar con la cruz de cada día.
Si estás decidido a ser alma reparadora, prepárate para la prueba, porque suelo pasar por el fuego a las almas escogidas; suelo purificar el corazón, para que no queden residuos de pecado ni vestigios del mundo.
Si estás decidido a ser alma reparadora, en este día dime que cargarás con la cruz de cada día con amor; no protestarás por el sufrimiento, por la enfermedad; no renegarás de tus momentos difíciles.
Si estás decidido a ser alma reparadora, firma, en presencia de los santos ángeles, de mi Madre Santísima y de mi padre adoptivo san José, un pacto de amor; no tengas miedo, quiero salvarte, quiero esconderte en la herida abierta de mi Sagrado Costado, quiero preservarte del mundo, alejar de ti a Satanás, a sus secuaces. 
Si estás decidido a ser alma reparadora, prométeme que me acompañarás en la soledad del Sagrario, no me dejarás solo; vendrás a visitarme cuando el tiempo te lo permita, sin descuidar los deberes propios de tu estado.
Si estás decidido a ser alma reparadora, prométeme que te harás acreedor de la gran promesa que le he dado al mundo entero, a través del apóstol de mi Sagrado Corazón: Margarita María de Alacoque; prométeme que me ofrecerás comuniones reparadoras, Santas Misas reparadoras; prométeme que los primeros viernes de cada mes purificarás tu corazón en los ríos de la gracia, harás una buena confesión, un examen de conciencia y, también, harás el firme propósito de no ofenderme más.
Si estás decidido a ser alma reparadora, prométeme que me acompañarás en las vigilias de reparación, para que sanes mis heridas, para que recojas mi sangre preciosa desperdiciada, despilfarrada por los pecados de los hombres; vigilias de reparación que moverán tu conciencia al cambio, moverá todo tu ser y caminarás solamente tras de Mí.
Si estás decidido a ser alma reparadora, meditarás en las lecciones de amor que he escrito para ti, en este Diario Espiritual. Este Diario Espiritual lo entrego en tus manos para que cuando te sientas solo me busques y centres tu mirada en alguna de sus bellas páginas, y sentirás mi compañía; para cuando te sientas triste, poder animarte; para cuando te sientas fatigado, cansado, renueves tus fuerzas y camines presuroso a la meta, al premio que te tengo prometido.
Si estás decidido a ser alma reparadora, te pido que te comportes como un ángel descendido del Cielo a la tierra. Ama a todos tus hermanos, perdona las ofensas y equivocaciones del prójimo, no guardes rencor en tu corazón. Sonríele a la vida, sonríele al mundo.
¡Eres feliz! Ya no puedes albergar dentro de ti tristeza, depresión, melancolía, soledad, te has encontrado Conmigo; ya no eres el mismo de antes, algo grande he obrado en ti; mi amor ha rebosado la copa de tu corazón, por eso, ya no sentirás más vacíos.
Si estás decidido a ser alma reparadora, te exijo conversión perfecta y transformante; ya no te puedes comportar como los que son del mundo; que algo nuevo te sientan, que sientan mi presencia dentro de ti; lleva vida angélica; proponte ser santo, alcanzar el nivel más alto de la virtud.
Si estás decidido a ser alma reparadora, visítame espiritualmente; aun, desde tu lugar de trabajo, desde tu propio hogar o desde tu empresa; acompáñame porque estoy solo y abandonado; soy herido, maltratado y relegado por muchos de mis hijos.
Si estás decidido a ser alma reparadora, que todas tus comuniones sean comuniones reparadoras; acércate a Mí con espíritu de fe y abandono excesivo en mi Misericordia; acércate a Mí con tu corazón puro, cristalino como el agua, blanco como un copo de nieve; ninguna arruga, mancha o pecado debe haber en tu corazón.
Desdichados y desventurados aquellos que se acercan a Mí para alimentarse de mi cuerpo y beber de mi sangre preciosa en pecado mortal; están comiendo y bebiendo su propia condenación y destrucción.
¡Ah, hijo amado! Quiero escuchar de tus labios muchos "te amo". Quiero que me demuestres con hechos, que verdaderamente eres mi siervo, mi esclavo de amor.
Si estás decidido a ser alma reparadora, déjame entrar en ti y haz de tu corazón una celda de amor en la que diariamente nos encontremos.
Si quieres ser alma reparadora, responde con prontitud a mis llamadas de amor; sé heraldo de mi Evangelio; no tengas ningún miedo de predicar mi Palabra a tiempo y a destiempo, pregona las maravillas y los tesoros que te he mostrado; no te guardes esta reserva de amor; lleva contigo el Apostolado de Reparación y haz que muchas familias se unan a esta manifestación de mi amor para este tiempo.
Si estás decidido a ser alma reparadora, y eres casado o eres un profesional o estás en el mundo, pero sin ser del mundo: te pido que hagas de tu hogar, familia reparadora; dame consuelo en mi sufrimiento, llévate mi dolor.
Si estás decidido a ser alma reparadora, tráeme a los niños; quiero entrar en sus corazones cándidos, humildes; quiero encender, desde su infancia, una pequeña llama de amor para que, cuando crezcan, jamás se olviden de Mí.
Si estás decidido a ser alma reparadora, jamás pases de largo frente a una imagen de mi Sagrado Corazón; hazme una oración corta; te responderé con amor, con ternura; eres importante para Mí.
Si estás decidido a ser alma reparadora, haz de cada viernes un viernes santo; reza el santo vía crucis o medita en mi Sagrada Pasión; son muchas las bendiciones espirituales que reciben las almas.
Enfervorízate, acércate más a Mí y haz, en todo, mi Divina Voluntad.
Quiero formar almas reparadoras que comuniquen al mundo entero la Buena Nueva, que expandan el Apostolado de Reparación en todo tiempo y en todo lugar. 
Quiero formar almas reparadoras para que hagan las mejores de las predicaciones: testimoniar con su ejemplo de vida.
Quiero formar almas reparadoras que se acojan a mi Misericordia y cierren en sus vidas un capítulo; porque a mi lado tendrán un futuro promisorio, lleno de gracia y de bendición.
Este Diario Espiritual lo he escrito pensando en ti; si ha llegado a tus manos, no lo deseches como objeto viejo e inservible; léelo y medítalo, y descubrirás mi presencia; mis dulces palabras serán bálsamo sanador para tu corazón herido, alivio a tu enfermedad y remedio en tu tristeza.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2014 de la Comunidad de Siervos Reparadores.