Haz silencio interior y ríndete a Mí

458 . Haz silencio interior y ríndete a Mí

14 de Diciembre de 2013 (3:24 p.m.) 

Estabas esperando este momento, algo sentías en lo profundo de tu corazón, un sentimiento y una emoción que te es imposible describirla; pero, ¿sabes?, tienes la certeza que es mi presencia.

Estabas esperando este momento, momento para hablarte al oído y decirte cuánto te amo.

Estabas esperando este momento para descansar en Mí, para entregarme tus problemas, tus necesidades; para contarme aquella situación que te agobia, aquella situación que te entristece y te hace llorar.

Estabas esperando este momento para entregarme tus dudas, tus temores.

Estabas esperando este momento para descansar en Mí.

Y hoy quiero darte un nuevo respiro en tu vida; solo basta que creas en Mí, que tengas una fe sólida, firme en mi palabra; y ya sabes que según sea tu fe, así se harán las obras.

Si tienes fe, podrás decirle a las montañas: "Moveos", y ellas te obedecerán; si tienes fe podrás atravesar en medio de las llamas y no te quemarás; si tienes fe podrás atravesar ríos, mares, océanos y no te ahogarás; si tienes fe podrás hacer obras mucho mayores que las mías; por eso, con fe, entrégame tus enfermedades; ofréceme tus sufrimientos morales, espirituales y físicos en reparación por tus pecados y todos los pecados del mundo entero; ofréceme tus cruces; entrégame aquellas personas que te causan dolor, molestia; entrégame aquellas situaciones en tu vida que crees que no tienen solución, y te mostraré que conmigo todo lo puedes; te mostraré un camino iluminado por mi luz divina, y podrás caminar, aun en medio de la oscuridad y de las tinieblas; te mostraré, si quieres, el lugar donde vivo.

Esta es la hora de tu conversión, del cambio radical en tu vida; deja el mundo, corta de raíz con el pecado y vive según mi palabra, mi Evangelio.

Esta es la hora para que me pidas que el fuego del Espíritu Santo descienda sobre ti y experimentes un mar de gracia y de bendición.

Esta es la hora en que quiero darte nueva luz a tus ojos, para que puedas verme con los ojos del alma y camines en dirección hacia Mí.

Esta es la hora en que mis palabras descenderán en tu corazón como suave brisa y sientas morir de amor.

Esta es la hora para que experimentes mis besos y mis abrazos. No pienses en alguien distinto a Mí, no te fatigues en preocupaciones inútiles, a cada día le basta su propio afán. ¿Por qué te adelantas a las situaciones y a los hechos que aún no se han concretado ni se han hecho realidad? No te imagines, no supongas; deja que Yo obre en ti, deja que Yo actúe en ti.

Mira cómo las hojas de los árboles se mueven de un lado a otro al compás del viento; mira cómo los pájaros vuelan en plena libertad; mira cómo el sol desprende sus rayos sobre la tierra y te dan calor; mira cómo la luna ilumina, en las noches oscuras, tu camino; mira cómo las flores de variados colores embellecen el paisaje; mira cómo las abejas producen miel en su panal; mira cómo los peces nadan en el agua; pero mira cómo los hombres corren afanosamente de un lado para otro, algunos de ellos sin pensar en Mí.

Mira cómo los hombres se matan unos a otros; mira cómo algunas mujeres hacen de sus vientres tumbas y cementerios putrefactos con el aborto; mira cómo algunos hombres no le encuentran sentido a su vida y creen encontrar la felicidad en el mundo, creen que el dinero es todo en su vida, creen que alcanzar un rango y un estatus en la sociedad es la verdadera dicha; creen que la alegría está en las cosas efímeras, en el placer que les produce su cuerpo. ¡Qué equivocados están! Comprende que Yo soy el camino, la verdad y la vida; comprende que sin Mí nada podrás hacer; comprende que soy Yo el que hago realidad tus sueños, tus proyectos; comprende que he entregado en tus manos unos dones y unos talentos para que los pongas, libre y gratuitamente, a mi servicio; comprende que solo en Dios alcanzarás la realización personal que tanto ansías; comprende que muchas veces, en tu vida, el demonio llegó a ti disfrazado de ángel de luz y sutilmente caíste en sus engaños y te apartaste de Mí, caminaste en dirección al abismo, a la perdición; probaste el vinagre del pecado. ¿Y qué te ha quedado? Recuerdos tristes, amargura en el alma, heridas en el corazón, insatisfacción. ¿Y qué te pido hoy? Contrición de corazón, arrepentimiento verdadero de tus culpas, buscar tu realización solo en Mí.

No busques honores en la tierra, busca más bien cómo rendirme honor y gloria; recuerda que tu vida en la tierra es pasajera; recuerda que eres peregrino hacia la patria celestial; por tanto, sé operario de mi viña, trabaja para la empresa del Cielo que no finiquita ni muere jamás, encuéntrale sentido a tu vida.

No tienes por qué sentir nostalgia, melancolía; no tienes por qué sufrir depresión ni sentirte solo cuando me tienes a Mí; no tienes por qué vivir sobresaltado, no permitas que los nervios te destruyan; no tienes por qué mantenerte malhumorado cuando conoces de Mí; no tienes por qué guardar rencor y alimentarle con tus recuerdos; no tienes por qué mostrarle al mundo un rostro triste cuando te he llamado, cuando he salido a tu encuentro, cuando te he mostrado tus equivocaciones, cuando te concedí la gracia de llorar tus pecados, cuando te demostré que mi Sagrado Corazón es un océano infinito de Misericordia. ¿Acaso te parecen pocas mis palabras?

Haz silencio interior, así te cueste apaciguar las tormentas y vientos fuertes que soplan dentro de ti; simplemente haz un esfuerzo y ríndete a Mí; quiero escuchar de tus labios un "te amo", un "sin ti no podré vivir". Quiero escuchar de tus labios: "hoy reconozco que no he sido el mejor de tus hijos" y las puertas del Cielo se te abrirán de par en par por tu sinceridad, por tu honestidad para conmigo.

Abre tu corazón a la gracia; mantén tu espíritu recogido, dispuesto a la oración y a la contemplación; y de esta manera me sentirás, de esta manera tu espíritu volará al Cielo.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.