Soy el gran prodigio de amor en la tierra

3 . Soy el gran prodigio de amor en la tierra

9 de Enero de 2014 

Hijo, contémplame en este día; abre tus ojos para que me admires, para que te recrees Conmigo; mírame en la simpleza de la Hostia Consagrada, necesitas tener corazón de niño para creer en Mí, necesitas revestirte de humildad para que confíes en Mí.
Soy el gran prodigio de amor en toda la tierra, soy la máxima de las manifestaciones de Dios en medio de todas las almas eucarísticas, de todas las almas que sienten la necesidad de salirse por algunas horas del ruido del mundo, dejar a un lado sus ocupaciones y ocuparse única y exclusivamente de Mí.
Mírame en la custodia; bienaventurada custodia que contiene al Hijo de Dios, bienaventurada custodia que contiene el Milagro de los milagros.
No pienses en nada, piensa solo en Mí; adórame y alábame, glorifícame, abre tu corazón para que mis rayos de Amor Divino penetren en lo profundo de tu ser y te embriagues de mi paz.
Ya has estado mucho tiempo inmerso en las cosas del mundo; quizás caíste en desgracia cuando pecabas, cuando me herías y lastimabas sin compasión; quizás el mundo era tu dios.
Este es el día para que, en mi presencia eucarística, repares por tus pecados y los pecados del mundo entero. Este es el día para que me digas: "sí, aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad; aquí estoy, Señor, para que hagas conmigo lo que tú quieras; aquí estoy, Señor, para que me revistas de la fuerza que necesito para desprenderme del mundo; aquí estoy, Señor, porque a Ti quiero servir; aquí estoy, Señor, harto y cansado de las cosas del mundo; lamentablemente he pecado contra Ti, no merezco llamarme hijo tuyo". 
Esas palabras quiero escuchar de tus labios, pero palabras sentidas, palabras que broten desde lo más profundo de tu corazón y sientas dolor por haberme ofendido, despreciado, y haberte alejado de mi casa paterna, sientas dolor porque con tus pecados heriste y traspasaste mi Corazón. 
Y después de ver y sentir en ti un arrepentimiento verdadero, te mostraré las delicias del Cielo, te abriré el Libro de oro de mi Divino Corazón y te enseñaré algunas lecciones de amor que te harán santo, virtuoso; sentirás el deseo de servirme solo a Mí, de ser alma reparadora.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2014 de la Comunidad de Siervos Reparadores.