Te invito a que vengas a mi dulce prisión

460 . Te invito a que vengas a mi dulce prisión

28 de Diciembre de 2013 (7:12 p.m.) 

Hijo mío, apóstol de mi Sagrado Corazón, te invito a que vengas a mi dulce prisión; me encuentro solitario, muy pocos han venido a visitarme. Repara por el abandono en que me encuentro en todos los Sagrarios de la tierra; haz algunos actos de amor a favor de las almas que llamo al silencio y a la Adoración Eucarística y no escuchan mi voz, las cosas del mundo les ha separado de Mí; el afán desmesurado por el dinero, por la fama, por el poder, les ha hecho títeres del demonio.

Como apóstol de mi Sagrado Corazón estás llamado a rendirme toda la gloria y la honra que como Dios me merezco en todos los altares de la tierra.

Como apóstol de mi Sagrado Corazón, te pido que camines conmigo por la calle de la amargura y recojas mi Sangre preciosa y te embriagues de amor, y pidas perdón por los impíos, por todos los hijos que se han extraviado del camino y se han alejado del camino que les lleva a la salvación.

Esta es la oportunidad que te concedo para que me entregues tus sufrimientos, tus tristezas, tus penas; quiero hacer algo grande en ti, pero necesitas aumentar en la fe, necesitas creer que todo lo puedo hacer; solo necesitas abandono en mi Divina Providencia.

¡Ah! Estaba esperando este momento, quería hablarte, motivarte a un cambio en tu vida; recuerda que el demonio te puede entretener en cosas aparentemente buenas para desviarte de lo que debes hacer, de la misión a la cual te he llamado.

Piensa por un instante si verdaderamente has respondido a mis peticiones, o eres uno de aquellos que de momento te conmueves y fácilmente te olvidas de mis palabras. Solo quiero cuestionarte, sembrar en tu corazón una santa inquietud, un cambio verdadero, conversión perfecta y transformante, que seas hijo de la luz, mensajero de la Buena Nueva.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.