Para que llegues hasta Aquel con quien deseas quedarte para siempre.

















Nunca olvidéis, hermanos, que hay que amar a Dios
y al prójimo;esto es lo que hay que mantener vivo 
en el pensamientoy en la acción, lo que hay que llevar 
hasta el fin.

El amor de Dios e sl eprimero en la jerarquía del 
precepto, pero el amor al prójimo es el primero en el 
rango de la acción.

Quien te impuso este amor en dos preceptos no 
había de proponerte primero al prójimo y 
luego a Dios, sino al revés.

Pero tú que todavía no ves a Dios,
amando al prójimo haces méritos para verle a Él.

Ama, pues, al prójimo y trata de averiguar dento de tí 
el origen de ese amor; en él verás tal y como ahora 
te es posible, al mismo Dios.

Al amar a tu prójimo y cuidar de él, vas haciendo 
tu camino; ¿y hacia dónde caminas sino hacia 
el Señor Dios, a quien tenemos que amar con todo 
el corazón, con toda el alma, con todo el ser?.

Es verdad, que no hemos llegado todavía hasta 
nuestro Señor,pero sí tenemos con nosotros al prójimo.

Ayuda, pues, a aquel con quien caminas, 
para que llegues hasta Aquel con quien deseas 
quedarte para siempre.


Fuente: San Agustín