Sana mis heridas con la entrega incondicional a Mí
16 . Sana mis heridas con la entrega incondicional a Mí
28 de Enero de 2014
En esta noche te pido un poco de tu compañía, no me dejes solo, repara los ultrajes e injurias que muchos de mis hijos han propiciado a mi Corazón; repara porque los pecados de los hombres me han sumido en una profunda agonía. Préstame tu corazón para Yo descansar en ti, seca mis lágrimas, sana mis heridas con una entrega incondicional a Mí. No pongas trabas en el camino que tengo trazado para tu vida, sé diligente en cumplir con todo lo que te pido. Si te duermes y dejas para mañana lo que puedes hacer hoy, quizás algunas almas se pierdan, serás responsable porque te he dado luz sobrenatural para comprender y entender algunos misterios divinos. Sé humilde, escóndete en lo profundo de mi Sagrado Corazón, ármate de valor para enfrentar la tentación y salir airoso sin sufrir lesión alguna.
En esta noche, si quieres, déjate abrazar por Mí; deja que sea Yo quien pode y arranque malezas que hay dentro de ti; deja que sea Yo tu guía. A veces divagas en pensamientos inútiles, tu imaginación es sumamente volátil; por eso sufres, por eso fácilmente pierdes la paz; cuando mi paz es duradera, produce gozo en el alma, alegría, verdadera felicidad.
Agustín, no te separes de Mí jamás, aun en los momentos de batallas duras; aun en aquellas situaciones en que te sientes incomprendido, rechazado, injuriado, calumniado; aun en aquellas situaciones en que el desespero te haga derramar lágrimas de amargura, de dolor; sé valiente y perseverante, es necesario que subas hasta el nivel más alto de la montaña. Este Diario Espiritual es un legado que quiero dejar a toda la humanidad, por eso haz lo que te pido: escribe todo lo que te hablo al corazón; convéncete de que no son tus palabras, son mis palabras, que dejarán huellas en los corazones de las almas buenas, sencillas.
En esta noche mengua mi soledad, alivia mis sufrimientos; algunos de mis hijos, en este día, no se tomaron ni un segundo de su tiempo para pensar en Mí, no me agradecieron por la luz de un nuevo día; llegaron fatigados a sus hogares, cansados; no han aprendido a descansar en Mí, a abalanzarse en mis brazos, brazos que no los dejará caer. Esa indiferencia de muchos de mis hijos me hiere, me lastima; me valgo de tu miseria para que me glorifiques, para que exaltes mi Nombre sobre todo nombre.
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2014 de la Comunidad de Siervos Reparadores.