Entrégame tus luchas interiores

55 . Entrégame tus luchas interiores

22 de Febrero de 2014. 

Entrégame tus luchas interiores; conozco tus batallas, sé que muchas veces has querido mirar hacia atrás y retroceder el camino andado; he escuchado de tus labios algunas quejas amorosas, algunos lamentos que brotan desde lo profundo de tu corazón. Te he visto medio débil, te has creído impotente, incapaz de llegar hasta el final, cuando soy Yo el que te da fuerzas, cuando soy Yo el que levanto tu ánimo, cuando soy Yo el que te permite ver un nuevo panorama, un nuevo amanecer. Soy Yo el que te ha llamado, te ha elegido en medio de tu miseria, de tu nada; soy Yo el que te ha hablado al oído y sin escuchar palabra alguna lo sentías muy dentro de ti y respondiste a mi insinuación de amor. ¿Y acaso no tendré en cuenta tus esfuerzos, el despojo que has hecho de ti mismo? ¿Acaso no tendré en cuenta el anhelo que tienes de agradarme, de reparar con una vida de santidad: tu pecado, tu pasado?

¡Ah! Deja que inyecte algunas gotas de mi sangre preciosa, deja que inflame tu corazón con mi amor, pero cuéntame con pormenores de detalles las situaciones que te afligen, los motivos por los que lloras; cuéntame las causas que entristecen tu corazón. Quiero ayudarte, no te dejaré ir con tus manos vacías; sentirás impulso, fuerza sobrenatural para batallar y no dejarte amedrentar ni amilanar por los enemigos que intentan separarte de Mí. Mira, tantas veces que te he demostrado mi Amor y mi Misericordia; tantas veces te he demostrado que eres importante para Mí. Te saqué del mundo, eras oveja extraviada. ¿Y qué hice contigo? Te restauré, te devolví la dignidad que perdiste por el pecado. Tantas veces te escuché decir: "Señor, Tú eres mi todo"; "Señor, Contigo hasta el final"; "Señor, te juro fidelidad, amor eterno", pero no tuviste en cuenta que eres vulnerable, no tuviste en cuenta que cambias fácilmente de parecer. Pero no importa, tú sabes que te amo, tú sabes que tengo un plan trazado en tu vida. Eres libre en decirme "si", en decirme "no"; eres libre, si quieres, en volver al mundo, pero has de saber que siempre te estaré esperando, has de saber que siempre tendré mis brazos abiertos, prestos en abrazarte.

Háblame, si quieres llora, Yo mismo secaré tus lágrimas con la orla de mi manto; deja ya la vergüenza al qué dirán, eres niño, por eso te tomo de mis manos, porque sé que estás dando tus primeros pasos en el caminar espiritual y temo que tropieces.

¿Sabes? Ya he sufrido demasiado, porque a algunas almas las había consagrado desde el momento en que estaban en el vientre de sus madres; a algunas almas las había predestinado para la vida consagrada, vida sacerdotal; a algunas almas les tenía predestinada una vocación fuerte, vocación de aislamiento total con el mundo, con la familia, y quería hacer de ellas consagrados desde el silencio y la soledad, pero no pudieron soportar el peso de la cruz, no pudieron sobrepasar la prueba, no pudieron detectar la presencia de Satanás, porque Satanás no soporta las almas que me son enteramente fieles, Satanás no soporta las almas que hacen en todo mi Divina Voluntad; Satanás no soporta las almas que tienen sed de Dios, ansias de santidad, anhelos de alcanzar el Cielo; Satanás no soporta las almas que, después de haber probado la hiel amarga del pecado, después de haber estado por largos años sumergidos en pozos de aguas putrefactas, hoy hayan sido transformadas, renovadas; porque bien conoce que donde sobreabundó el pecado sobreabunda la gracia.

Dime qué puedo hacer por ti, dime en qué te puedo ayudar; solo necesito de ti: confianza, fe en que actuaré en ti de acuerdo a mi santo querer.

¿Acaso, permitiré que te extravíes de nuevo y vuelvas al vómito de tus pecados?

¿Acaso, permitiré que vuelvas hacia atrás, cuando sé que me amas, cuando sé que en medio de tu miseria encuentro algo que me agrada?

Si quieres, haz lo mismo que hizo María; aquella mujer que llegó a Mí y enjugó mis sagrados pies con un costoso perfume; si quieres, enjúgalos con el perfume de tus lágrimas. Entra en mi Divino Corazón, fortalécete, ármate de coraje y no te rindas sin haber terminado la batalla; entra en mi Divino Corazón y destruye al Goliat que aún hay en ti; entra en mi Divino Corazón y déjate ya de titubeos, entrégame tus dudas, deja que te imprima, mi "te amo". Quiero hacer de ti: alma reparadora que obedece a las órdenes de su amo, que es confidente de cada una de mis lecciones de amor escritas en el Diario Espiritual; quiero hacer de ti guerrero de Dios, guerrero que no se deja atemorizar en medio del campo de batalla, guerrero que lucha y combate hasta el final.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2014 de la Comunidad de Siervos Reparadores.