¿ Cómo está tu vida frente a mis ojos ?
444 . ¿ Cómo está tu vida frente a mis ojos ?
30 de Noviembre de 2013 (3:24 p.m.)
Hijo, te estaba esperando con mis brazos abiertos; elevaba mi mirada a lo alto de la montaña y deseaba verte.
Te estaba esperando dispuesto a abrazarte y a prestarte mis hombros para que descargues en Mí tus sufrimientos, tus tristezas; para que descargues en Mí tu dolor, tu angustia, tu soledad.
Te estaba esperando, porque sé que en tu interior hay vacíos; en tu interior hay recuerdos tristes que por momentos te tambalean, recuerdos tristes que por momentos no puedes contener tus lágrimas.
Te estaba esperando para comunicarte que mi Sagrado Corazón es un océano infinito de amor, mi Sagrado Corazón es verdaderamente océano de Misericordia.
Este es el día que tenía escrito en el libro de tu vida; este es el día en que he llegado a ti vestido de majestuosidad y gallardía, porque soy el Rey de tu vida; este es el día en que te quiero conceder la gracia, el gran favor del Cielo para que hables conmigo de corazón a corazón y me manifiestes tus angustias, tus preocupaciones; y me manifiestes aquellas dudas, aquellas preguntas que tanto me haces y aún no has obtenido respuesta.
Este es el día en que quiero sanar tu corazón herido, aplicar bálsamo de amor en lo profundo de tu ser.
Este es el día en que quiero llevarme tu dolor; aprende a sacar el máximo provecho de la prueba, aprende a conocer y a profundizar en el sufrimiento; es la gran ciencia que te hace santo; es la gran ciencia que te hace dócil, vulnerable a mi llamada; es la gran ciencia que te abre las puertas del Cielo.
Este es el día para que tengas una experiencia de amor conmigo; deja que sea Yo el que trabaje en ti; deja que sea Yo el que te muestre tus faltas, tus pecados; deja que sea yo el piloto de tu vida.
Y, ¿por qué te ahogas en tus problemas? ¿Por qué crees que las puertas se te han cerrado y que el sol solo alumbra para los demás cuando Yo no me he separado de ti ni un instante?
Deja que sea Yo el que te libere de tus ataduras, de tus esclavitudes. Conozco tus luchas, conozco todos tus secretos, conozco las causas y los motivos por los cuales has llorado, conozco en plenitud tus sentimientos y emociones. Pero, aún así, te falta más confianza en Mí; aún así, has buscado consuelos humanos cuando sabes que me he hecho prisionero de amor por ti en el Sagrario, cuando sabes que me he perpetuado hasta la consumación de los siglos en la Hostia Consagrada; has buscado consuelos humanos cuando sabes que Yo todo lo hago y todo lo puedo; solo basta que tengas fe.
No ates mis manos con tus preocupaciones inútiles; no me insinúes las cosas que debo hacer por ti; no me des a conocer las soluciones a tus problemas cuando soy Yo el que todo lo permito para el bien de tu alma.
Sé que hay algunas circunstancias especiales en tu vida que no entiendes y no comprendes, sé que te cuesta aceptar la partida definitiva de un ser querido, sé que te cuesta aceptar tus enfermedades, sé que te cuesta aceptar que muchas veces no te sientas amado.
Hoy quiero que te des la oportunidad de descansar en Mí, solamente en Mí; hoy quiero que te des la oportunidad de entrar en lo profundo de mi corazón y embriagarte de amor.
Hoy quiero que te des la oportunidad de indagar cómo está tu vida frente a mis ojos.
¿Cómo es tu relación con papá, con mamá? ¿Acaso alguno de ellos es como un extraño para ti? ¿Acaso eres o fuiste castigado severamente? ¿Acaso hasta el momento nunca experimentaste un abrazo de ellos?
¿Has sido obediente? ¿Has sido motivo de dolor y de sufrimiento para tus padres?
¿Qué no entiendes, qué no comprendes de tus hijos?
¿Por qué no has perdonado de todo corazón al hombre que te he dado como esposo o a la mujer que te he dado como esposa?
¿Por qué no te perdonas a ti mismo?
No pienses que por ser pecador no te perdono, no pienses que por andar tantos años extraviado de mi camino no tenga Misericordia para contigo; no pienses que porque te falta mucho para ser santo, virtuoso no te miro con amor.
Hoy, solo quiero escuchar de tus labios: "Te amo Señor"
Hoy, solo quiero escuchar de tus labios: "Perdón, Señor, porque te he herido, te he lastimado; perdón, Señor, porque he abusado de tu Misericordia Divina; perdón, Señor, porque conociéndote me alejé de ti, he sido ingrato contigo, no he sido el mejor de tus hijos; perdón, Señor, necesito de Ti".
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.