Debes estar atento como las vírgenes prudentes
348. Debes estar atento como las vírgenes prudentes
12 de Agosto de 2013 (2:18 p.m.)
[Jesús, aquí estoy sediento de tu amor, hambriento de tu Sagrado Cuerpo; aquí estoy con mi corazón árido, estéril, pero convencido de que el agua viva que brota de tu Divino Costado penetrará en lo profundo de mi ser y me llevarás a suspirar de amor por Ti.
En este instante, mírame con ojos de misericordia, háblame a mi corazón y dime que me amas, hazme sentir que no estoy solo. Quiero entregarte mis dudas, mis vacilaciones; dame la certeza de que estoy haciendo tu Divina Voluntad, aleja de mí los miedos; el temor intenta paralizarme, impide moverme, caminar tras de Ti.
Dame a beber algunos sorbos de tu amor, inflama mi corazón de tu paz, de tu misericordia; estréchame en tu Sagrado Corazón y caliéntame con el fuego de tu amor, porque tengo frío.
No permitas que me separe de Ti, dame fuerzas para proseguir la marcha; no dejes que me pierda en la mitad del camino. Escóndeme en tu Sagrado Corazón porque no quiero perderme, separarme de Ti, porque te amo.
Tus palabras me han seducido, Señor, tus palabras me han transformado, me han liberado de mis esclavitudes.
Perdóname, Jesús, por mi poca confianza en Ti, pero necesitaba desahogarme contigo; préstame tu hombro para descansar en Ti, préstame tu sagrado manto para secar mis lágrimas.]
Hijo amado, este es el momento para que me lo cuentes todo; quiero ayudarte a descubrir el sentido a tu vida; comprende que mi amor por ti es más profundo que un océano, mi amor por ti es más extenso que el Cielo alfombrado de azul o tachonado de estrellas.
Abre las puertas de tu corazón para arrancar la maleza seca, las flores marchitas. Derramaré lluvia fresca e inflamaré todo tu ser solo de mi amor y de mi ternura.
No tengas ningún reparo en acudir a Mí; cuando las dudas turben tu corazón, cuando te sientas como barca a la deriva en alta mar, cuando te sientas confundido y no sepas qué camino tomar, Yo mismo te mostraré el sendero que debes andar, quitaré obstáculos que te impidan llegar a Mí, te daré la seguridad y la sensación de que no estás solo.
Por algunos momentos sentirás mis abrazos, los latidos de mi Divino Corazón te embriagarán de paz; podrás recostar tu cabeza en mi pecho santo, te sentirás amado por Mí. Por eso, hijo amado, no guardes nada en tu corazón; habla conmigo que despertaré en ti desprendimiento por las cosas del mundo, ansias de recorrer el camino que te lleva al Cielo. La paz que te doy al corazón, la certeza de que todo lo que estás haciendo va de acuerdo a mi santo querer, es una manifestación más del amor que te tengo.
Eres la pupila de mis purísimos ojos; por tanto, mi mirada siempre estará puesta sobre ti. Mantente atento frente a los enemigos del alma; ellos querrán sacarte de mi camino, sembrarán caos dentro de ti, te presentarán falsos halagos. Mantente atento, vigilante como las vírgenes prudentes; mantén suficiente reserva de aceite; porque, de repente, puedo llegar a ti y llevarte a las bodas del Cordero.
[Jesús, te doy gracias; tus palabras son bálsamo de paz, tus palabras son consejos de oro que me llevan a reconocer el camino de tu Divina Voluntad.
Déjame, amado Jesús mío, expresarte todo mi amor; mi corazón es tuyo, eres la única razón de mi existir, haz conmigo lo que Tú quieras.
Gracias, te doy, por tu excesiva misericordia para conmigo; tanto me has dado y muy poco te he correspondido. Tu Sagrado Corazón es fuente de agua viva que sacia mi ardiente sed de ti; tu Sagrado Corazón es un océano infinito de misericordia, en el que quiero permanecer.
Hoy te pido perdón porque mi amor por Ti es imperfecto; hoy concédeme el don del santo abandono. Te amo, Jesús, tómame de tus manos y muéstrame el pórtico que me lleva al Cielo.]
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.