Mi Evangelio ha de guiar tu vida
43 . Mi Evangelio ha de guiar tu vida
6 de Febrero de 2014. Monasterio Cisterciense. Perú
Hijo, en este día te pido que medites en el libro de san Juan, capítulo 15. Quiero hablarte a lo profundo de tu corazón, quiero llenar los vacíos de tu corazón con mi amor; ten en cuenta que mi Palabra, mi Evangelio ha de ser norma en tu vida.
Tú fuiste llamado a una vida de silencio y soledad, tú fuiste llamado a separarte del mundo, aun de tu familia, por eso te pido que me respondas con generosidad, vive en unidad con tus hermanos. No seas de aquellos que solo fijan su mirada en lo malo, en lo negativo; no seas de aquellos que se detienen solo en las imperfecciones. Recuerda que no convives con ángeles, convives con personas de carne y hueso, por lo tanto, te pido que aceptes sus limitaciones, no impongas tus criterios, solo déjate formar y moldear, muere a ti mismo y permíteme reinar en tu vida.
En este día de desierto de amor, ve preparando tu corazón para el día en que firmes un pacto eterno de amor Conmigo; día en que te desposaré, día en que, espiritualmente, te llevaré a una de las mansiones del Cielo.
En este día de desierto de amor, también te pido que medites la manera de cómo estás viviendo los consejos evangélicos, porque de ellos depende gran parte tu salvación.
La vida consagrada es un regalo que concedo a muy pocos; pregúntate, si verdaderamente en tu corazón hay disposición para servirme, si estás decidido a dejarlo todo por Mí, si estás decidido a morir al hombre viejo y a buscar todos los medios para que seas santo.
Como alma reparadora, tu vida ha de resplandecer por la virtud, tu corazón ha de permanecer blanco y puro; como alma reparadora has de resplandecer por la unidad y la fraternidad. Recuerda las palabras que he dejado escritas en mi Evangelio: "amaos unos a otros como lo os he amado".
Como alma reparadora, convéncete que tu vocación es un misterio sublime, lo comprenderás mejor el día que estés cara a cara Conmigo en el tribunal de mi Divina Misericordia.
Hijo, tú no me elegiste a Mí, soy Yo quien te ha elegido a ti; y te pido que des fruto y fruto en abundancia.
No alcanzas a sopesar el amor que te tengo; Yo mismo he decidido dirigirte estos días de retiro; otras almas pondrán su mirada sobre estos escritos y experimentarán amor insaciable por Mí, experimentarán deseos de sufrir y de padecer con tal de ganarse el Cielo, por eso no omitas ninguna de las palabras que te hablo al corazón, no importa que te llamen loco, al fin de cuentas eres loco por el Amor de los amores.
Conserva espíritu de recogimiento, cumple con mi tarea; el silencio es pieza clave para que mi voz penetre en lo profundo de tu corazón y suspires de amor por Mí. Búscame, también, en el Sagrario, me dejaré encontrar, me haré sentir.