Recuerda, eres víctima de mi Sagrado Corazón
341. Recuerda, eres víctima de mi Sagrado Corazón
1 de Agosto de 2013 (2:05 p.m.)
Toma en tus manos lápiz y papel, y escribe para mi diario espiritual; porque aún tengo muchas lecciones de amor para enseñarte. Mis palabras no se pueden agotar, porque mi Misericordia Divina por ti y por todos los hombres es más profunda que la inmensidad de un océano. Continúa la marcha, no tengas ningún temor por lo que dirán los hombres de ti; solo basta que me ames y te derritas de amor en hacer todo lo que te pido; solo basta que rapes tus oídos a la censura y los abras a mi voz, a mi tierna voz.
Hoy, deléitate conmigo, búscame en la soledad de mi Sagrario que me dejaré encontrar por ti; cuéntame de tus luchas interiores, de tus quebrantos espirituales para ofrecerte mi ayuda de inmediato, levantar tu ánimo decaído y mostrarte el camino que debes seguir.
[Jesús amado, todo lo conoces de mí; antes de que salga una palabra de mis labios, ya la sabes; pero heme aquí, pidiéndote consolación a mi alma; porque mi orgullo herido me lleva al desánimo, a la tristeza. No be aprendido a aceptar el sufrimiento, a ofrecerte con amor las contrariedades de mi vida. Sé que tienes un plan divino trazado en mi vida; soy víctima de tu Sagrado Corazón; pero le temo a la cruz, temo andar contigo por la calle de la amargura y llegar al monte Gólgota.]
¡Ah!, amado mío, haces bien en contármelo todo; hasta sabiéndolo todo de ti, sé que necesitas abrir tu corazón, descansar en Mí; por eso, hoy te doy la oportunidad para que hables de corazón a corazón Conmigo y no te ocultes nada. Quiero fortalecerte en el camino de la cruz que has emprendido; pero eres débil, algunas veces desaprovechas la oportunidad que te doy de crucificarte conmigo en el madero de la cruz. Tus lamentos, tus quejas interiores, tus enojos roban mis gracias. Pero no te angusties, eres como un niño que empieza a dar sus primeros pasos, matricúlate en la escuela del sufrimiento y refinaré tu alma como oro y plata, te purificaré en el fuego de mi amor divino para que tu espíritu quede radiante.
[Jesús, gracias te doy por este encuentro a solas contigo; hazme fuerte, porque el mero hecho de pensar en el sufrimiento me acongoja, se me turba el corazón; mi orgullo herido me ha llevado a derramar lágrimas, a lanzarte quejas, porque muchas veces lo has permitido para mi propio crecimiento espiritual. Perdóname por mi cobardía, por mi falta de coraje para abrazar tu cruz.]
Recuerda, hijo mío, que eres víctima de mi Sagrado Corazón; y mi Corazón es altar para que te santifiques; mi Corazón es patíbulo de amor en el que, algunas veces, te crucifico y te hago sentir y experimentar el rigor del peso de mi Santa Cruz.
[Jesús, ¿ quién soy yo para que me hayas mirado con tanta benevolencia si en mi corazón solo hay pecado, maldad? ¿Quién soy yo para que me concedas la gracia de hablar contigo, en tu Tabernáculo de Amor Divino, y me muestres el camino de rosas que debo andar para llegar al cielo?
[Gracias, amante Jesús mío, por permitirme probar del cáliz de la amargura. Hazme valiente en la prueba, perseverante para no declinar a esta promesa de amor: ser víctima de tu Sagrado Corazón. ]
Tu nombre lo llevo escrito, con letras de oro, en mi Sagrado Corazón; tu nombre lo llevo tatuado en la palma de mi mano.
Tu perseverancia y constancia en la oración fortalecerán tu espíritu; tus ansias de habitar en una de las moradas de mi reino, te llevarán a ansiar el sufrimiento y a padecer por amor.
La sed de la salvación por las almas, era como una llamarada de amor que ardía en mi Corazón; anhelaba el momento en que mi Cuerpo fuese extendido sobre el madero de la cruz y exhalar mi último suspiro; porque este sería el pago, la manera de redimir al género humano del pecado.
Aprovecha estos coloquios de amor conmigo y si, en algún momento de tu vida, te sientes solo, angustiado y triste, toma mi diario espiritual y estréchalo en tu corazón que te haré sentir palpitaciones de amor, te hablaré al oído y mis palabras se llevarán tu tristeza, tu desánimo. No dejes ni un solo día de meditar en mis enseñanzas, en mis lecciones de amor; toma este, mi diario espiritual, como un regalo para ti; porque fuiste osado y valiente en seguirme, en cortar de raíz con las cosas del mundo para hacerte apóstol de mi Sagrado Corazón.
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.