Soldado ante su Soberano

380. Soldado ante su Soberano

1 de Octubre de 2013 (9:09 a.m.) 

Hijo mío, en esta vigilia de reparación quiero hacer de ti un soldado, soldado que no tema ir al combate porque jamás sufrirá la derrota.

Soldado que aprenda a enfrentarse cara a cara a Satanás, por eso quiero entregar en tus manos mi armadura divina para que te revistas de una fuerza sobrenatural y el mal no entre en ti; para que resistas a la tentación y no caigas en las seducciones del demonio, del mundo y de la carne.

Soy tu soberano, tú eres mi vasallo de amor, apóstol de mi Sagrado Corazón que desea reparar las ofensas y traiciones de muchísimos de mis hijos.

Eres mi vasallo de amor, apóstol de mi Sagrado Corazón que en esta vigilia de reparación me acompañarás en la soledad y abandono de los Sagrarios. Eres soldado destinado al combate, a la guerra.

La fuerza la encontrarás en los sacramentos, en una vida de virtud y de santidad. Eres soldado destinado al combate, a la guerra, empuña en tus manos el arma poderosa del Santo Rosario y debilita a Satanás; lánzale a las profundidades del infierno. Eres soldado destinado al combate, a la guerra, toma en tus manos la espada de doble filo. Medita en mi Evangelio, vive mi Palabra. Así, el demonio no podrá lesionarte: tu mirada permanecerá fija en mí, tu corazón estará adherido siempre a mi Divino Corazón, tus sentimientos te impulsarán a amar la cruz, a escudriñar en mis misterios divinos y a profundizar en la sabiduría divina que necesitas para que seas santo.

Hijo mío, pídeme en esta vigilia de reparación que te conceda todas las gracias que necesitas para ser soldado aguerrido, soldado valeroso que derrote al adversario, al enemigo, pídeme que te envíe a San Miguel Arcángel para que él con su espada celestial quite de tu camino obstáculos, tropiezos que te impidan llegar hacia Mí.

Para que seas soldado invencible, batallador incansable, conságrate al corazón inmaculado de mi madre y a mi Sagrado Corazón, pide la intercesión de San José, que él como terror de los demonios alejará de ti al espíritu engañador, a Satanás y a sus secuaces.

Recuerda que mi Sagrado Corazón es escudo de protección, es refugio seguro para que no te pierdas, para que no te desvíes del camino que te lleva a un encuentro personal conmigo. Mi Sagrado Corazón es escudo de protección para que el enemigo no te haga daño, no te seduzca con sus embustes. Mi Sagrado Corazón es escudo para cuando estés en el combate en medio de la guerra espiritual; no sientas miedo, temor a sufrir la derrota, tienes la victoria por adelantado, el triunfo asegurado.

[APÓSTOL DEL SAGRADO CORAZÓN:

Soberano Jesús mío, heme aquí en esta noche pidiéndote ayuda celestial porque soy débil, temeroso para enfrentarme al enemigo; tantas veces he caído, tantas veces te herido y te he lastimado, tantas veces me apartado de Ti, he caminado por caminos amplios y espaciosos, no he caído a abismos sin salida porque tu Misericordia para conmigo ha sido eterna, sin límites.

Soberano Jesús mío, quiero ser tu soldado aguerrido, valeroso, inunda mi corazón de excesiva confianza en Ti para que el temor no debilite mis fuerzas.

Soberano Jesús mío, qué he de hacer para ser soldado que no tema enfrentarse al enemigo cara a cara; destruirlo. Sé que el santo rosario es arma poderosa y eficaz. para debilitar sus fuerzas, por eso despierta en mí fervorosos deseas de honrar a la Santísima Virgen María con su oración predilecta, permite que San José sea mi compañero inseparable en el combate, en la guerra; su intercesión es eficaz para no dejarme amilanar, amedrentar por los enemigos de mi alma,

Soberano Jesús mío, como soldado combatiente del ejército déjame entrar por la herida abierta de tu Sagrado Costado y así poder llegar a tu Sagrado Corazón y esconderme del enemigo que intenta separarme de Ti; adquirir toda la fuerza que necesite para salir airoso, vencedor.

Soberano Jesús mío, gracias por entregar en mis manos la armadura celestial: la espada de doble filo con la que juntos heriremos al demonio; espada de doble filo que hará de mí un soldado valiente que no temerá enfrentarse al adversario porque a tu lado todo es triunfo, victoria.

En esta vigilia de reparación, toma este mi sacrificio de amor como un acto de reparación por mis pecados y los pecados del mundo entero.

En esta vigilia de reparación, te suplico que entregues en mis manos todas las armas que necesito para ser un buen soldado de tu ejército, de tu escuadrón.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.