Jesús llevando la cruz

408 . Jesús llevando la cruz

21 de Octubre de 2013 (10:36 a.m.) 

Hijo mío, camina conmigo por la calle de la amargura, consuela mi agonizante Corazón; escucha cómo me insultan y se burlan de Mí; mira cómo los hombres me persiguen y se abalanzan contra Mí, como buitres hambrientos de su presa; ayúdame a cargar con una parte del peso extenuante de mi cruz; ayúdame en la salvación de las almas; aprende a cargar con la cruz de cada día.

La cruz es la oportunidad que concedo a las almas para que se santifiquen, para que purifiquen sus corazones y se enmienden de sus culpas.

En ningún momento protesté por el peso de mi Santa Cruz; antes bien, añoraba el momento en que mi cuerpo fuese extendido en este madero bendito; porque a través de él redimiré al género humano, lo absolveré de toda culpa. 

Como apóstol de mi Sagrado Corazón, aprende a sobrellevar con amor las cruces de cada día; sé agradecido en el momento de la prueba, en el momento en que decida acrisolarte, pasarte por el fuego y refinarte como oro y plata.

En la medida en que avanzaba mi camino, pedía perdón y misericordia por todas las almas que contribuían en mi excesivo sufrimiento; no tardes en venir a Mí; no postergues tu proceso de conversión, nada tienes para perder; deja el mundo y camina tras de Mí, lleva sobre tus hombros el peso de mi cruz y rinde por entero tu vida a mi Divina Voluntad.

[APÓSTOL DEL SAGRADO CORAZÓN:

Adorado Jesús Mío, en esta noche te pido que me des la fuerza que necesito para cargar con la cruz de cada día; dame la fuerza en la tentación, no quiero sucumbir, no quiero caer en abismos sin salida.

En esta vigilia de reparación, derrama efusión de gracia sobre mí; hazme sentir dolor por haberte ofendido, muchas veces te he berido, lastimado. Ya no quiero formar parte del grupo de los desdichados, de los perdedores.

Te has dejado encontrar por mí, me has seducido, Señor, y tus palabras me han embriagado de amor, han extasiado mis sentidos. Por eso, heme aquí reparando por todas las veces que no supe abrazar la cruz, por todas las veces que renegué del sufrimiento y de la prueba; reparo por todas aquellas almas que se enojan contigo cuando Tú decides probarlas, pasarlas por el fuego de la purificación.

En esta vigilia de reparación, toma mi vida como holocausto de amor; quiero ser hijo de la luz, quiero comunicar y pregonar al mundo entero que tu Sagrado Corazón es un océano infinito de amor y de misericordia.

Dame la sabiduría que necesito para atraer hacia Ti un sinnúmero de almas; perdóname por mis extravíos, te he ofendido, mis pecados han superado en número. Por eso, te prometo trabajar en la virtud, luchar cada día por ser santo, por ser un buen apóstol de tu Sagrado Corazón.]

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.