Mi Sagrado Corazón es el crisol Divino de la perfección

447 . Mi Sagrado Corazón es el crisol Divino de la perfección

5 de Diciembre de 2013 (10:35 a.m.)

Hijo, en esta noche que te encuentras en mi presencia eucarística, baja tu mirada al corazón y piensa, por un instante, en tus debilidades y pecados, en todas aquellas faltas que cometes con mayor frecuencia.

En esta vigilia de reparación, haz un examen de conciencia; examen minucioso que te lleve a mirar tu vida como si la estuvieses mirando en un espejo; espejo brillante, reluciente; espejo nuevo.

En esta vigilia de reparación, quiero que te acerques a mi Sagrado Corazón y te embriagues de amor; Sagrado Corazón que es crisol divino de la perfección; porque si te decides ser apóstol de mi Sagrado Corazón y me pides auxilios divinos, de inmediato atenderé a tu ruego, atenderé a tu dulce queja. Entrégame todo lo que tú eres, tus virtudes, tus defectos; entrégame ese hombre viejo que aún no ha muerto en ti; entrégame tus fracasos, tus decepciones, tus desilusiones; entrégame todo lo que tú eres, una obra grande realizaré en ti; solo basta que sientas el deseo de ser santo, solo basta que tengas la convicción de que el mundo absorbe; el mundo separa a las almas de Mí, el mundo ha llevado a la ruina espiritual a muchísimos de mis hijos.

Mi Sagrado Corazón es el crisol divino de la perfección; ven, déjate sumergir en las llamas de mi Amor Divino, solo quemaré todas aquellas cosas que no dan gloria y honra a mi santo Nombre; haré cenizas tus pecados; haré de ti criatura nueva, hombre nuevo.

Mi Sagrado Corazón es el crisol divino de la perfección, no tengas miedo de caminar a mi lado; no tengas miedo de que tome tu vida entre mis manos y te pula, te talle hasta hacer de ti obra perfecta, hechura de mis venerables manos.

[APÓSTOL DEL SAGRADO CORAZÓN:

Jesús, de nuevo te doy gracias; tanta misericordia, tanto derroche de amor para conmigo, yo que he sido tan infiel a tus leyes, a tus mandatos; yo que he caminado por largos años de mi vida en tinieblas y en oscuridad; yo que no he sabido amarte, corresponderte; yo que he sido tan pecador. Pero de nuevo me llamas a la conversión, de nuevo me hablas al oído y tus palabras descienden a mi corazón y me motivan a un cambio, a una transformación en mi vida.

¡Oh, amantísimo Jesús mío! En esta noche concédeme la gracia extraordinaria de adentrarme en lo profundo de tu Sagrado Corazón; Corazón que es crisol divino de la perfección. Aún me falta mucho crecimiento; aún soy imperfecto; necesito de tu ayuda, de tu poder celestial para ser el mejor de tus hijos, para ser apóstol de tu Sagrado Corazón.

Amado Jesús mío, toma mis debilidades, toma mis miserias y derrama sobre mí efusión de gracia; hazme dócil a tus enseñanzas, ya no quiero caminar más dirigido por las leyes del mundo; quiero agradarte, reparar por mis pecados; quiero verdaderamente ser consolador de tu agonizante Corazón.]

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.