Tan solo dime: contigo todo lo alcanzaré
437 . Tan solo dime: contigo todo lo alcanzaré
25 de Noviembre de 2013 (6:43 p.m.)
Cómo me agradas cuando hablas de Mí; cómo me agradas cuando de tus labios, de tu corazón, solo salen palabras para atraer, para atrapar a muchos de mis hijos.
Habla de Mí, cuéntales a todos los hombres la obra que he hecho en ti; estabas muerto y has resucitado; caminabas en tinieblas, ahora caminas en la luz; eras oveja perdida y has vuelto a mi rebaño.
Cuando un alma habla solamente de temas del Cielo, se deleita y se recrea en esta conversación; Yo desciendo desde el Cielo y transverbero cada corazón con mis rayos de luz. Por eso, hijo mío, en esta noche no ha habido excepción; estaba en medio de las personas con las que hablabas. ¿Sabes?. Mi mirada de amor se posó sobre cada uno de tus hermanos, sobre cada uno de mis hijos.
En esta noche te pido que escribas, te pido que pidas, por un instante, la presencia del Espíritu Santo y El lanzara sobre ti ráfagas de fuego; pide la intercesión de mi Madre; séllate con mi Sangre preciosa; pídeme perdón por todas las faltas cometidas durante el día y continúa con tu tarea.
No tengas miedo; me valgo de ti siendo tan débil, tan pecador; me valgo de ti y me glorifico en tu miseria.
Hijo, este diario espiritual aún no ha terminado; son muchas las experiencias y encuentros de amor conmigo que debes registrar; porque estas experiencias servirán para avivar la fe de muchísimos de mis hijos, estas experiencias mostrarán al mundo entero que estoy vivo.
[Jesús, te amo; Jesús, me rindo por entero a Ti, te entrego todo lo que soy y haz conmigo lo que Tú quieras; Jesús, gracias te doy por llamarme a cumplir con una misión tan sublime; pero soy temeroso, dame fuerzas para poder cumplirte de acuerdo a tu Divina Voluntad. ]
¡Ah! Tantas veces te he visto entrar en la capilla de reparación y tantas veces he extendido mis brazos para abrazarte. Tantas veces me has dicho lo mismo y de nuevo te repito: no tengas miedo; el miedo, el temor no provienen de Mí, son artimañas de Satanás para seducirte, para arrastrarte por un camino distinto a los míos.
[Amado Jesús mío, eres mi todo; eres la única razón por la cual vivo. Encontrándote a Ti lo he encontrado todo.
Veo a Jesús vestido de rojo púrpura; en sus manos hay muchas perlas de distintos colores, como rubíes, como diamantes, zafiros, esmeraldas. Escucho su voz que me dice:]
Has encontrado el gran tesoro. Soy la perla de gran valor, de cuantiosa suma. Todas estas lecciones de amor se asemejan a estas piedras y perlas preciosas que sostengo en mis manos; pero te advierto que si te descuidas llegará el usurpador, te las robará; si te descuidas perderás en un santiamén todo lo que te he regalado.
[Escucho cómo suspira y respira profundamente.
Veo un palacio real, puertas como si fuesen de oro bellamente talladas; puertas antiguas con dinteles, y en una de ellas hay una llave grande, también de oro. ]
Hijo, entra conmigo en el palacio real; mira estas llaves de oro; son las llaves con las que podrás abrir las puertas de mi Sagrado Corazón. Quiero que seas uno más de los que me acompañan; quiero que te olvides del mundo y te ocupes solo de Mí. Soy Dios celoso que cuida de lo suyo.
[Eres mi delirio de amor, por Ti daría hasta mi propia vida; eres el encanto de mi alma. Gracias, porque me dejas entrar en lo profundo de tu Divino Corazón; gracias porque solo Tú me bastas.]
Pero aún te falta mucho para dar; aún eres como un niño que tan solo balbucea palabras; aún te falta aumentar tu estatura espiritual.
[¿Y qué he de hacer, amantísimo Jesús mío? ]
Trabajar cada día por una conversión de corazón; trabajar cada día para sacar tus vicios y luchar por ser perfecto; pidiéndome que te ayude, que te dé el coraje para que nunca más vuelvas al mundo; y sientas hastío, repugnancia y horror por el pecado.
Proponiéndote ser santo, aun teniendo que sufrir; aun teniendo que atravesar ríos, valles, montañas; aun teniendo que sacrificarte.
Las renuncias voluntarias son de agrado para Mí; los sacrificios de amor los tomo como tu regalo.
[Señor, derrama sobre mí lluvia de gracia, torrencial de tu Misericordia Divina. Deseo, de todo corazón, ser plenamente agradable frente a Ti, pero aún me falta mucho crecimiento espiritual; aún hay muchos vestigios de hombre viejo.]
No te justifiques; tan solo dime: quiero caminar por el camino que tú me muestres.
Tan solo dime: contigo aprenderé a ser mejor.
Tan solo dime: en mi debilidad tú me harás fuerte.
Tan solo dime: contigo todo lo alcanzaré.
[Perdón, Jesús amado, no quería herirte; perdón por mi negligencia. Tú te has encargado de mostrarme pacientemente el camino que debo andar; Tú eres mi Maestro. ]
Bien lo has dicho; soy Maestro de tu vida y quiero hacer de ti discípulo, pupilo de la escuela de mi Sagrado Corazón; quiero que brilles frente a los demás por tu santidad, por tu virtud. Pero mi pedagogía divina me lleva a trasmitirte mis lecciones de amor por etapas, en procesos; no quiero que te asustes, no quiero que hagas lo mismo que Jonás.
[Jesús, quiero ser tu discípulo; quiero ir diariamente a la escuela de tu Sagrado Corazón, pero algunas veces no encuentro el camino.]
Hijo: es el camino de la cruz, el camino de la renuncia, el camino del abandono y de la confianza excesiva en mi Misericordia Divina, el camino de la verdad.
[Señor, ignorante soy; tantas cosas me has enseñado; tantos misterios de amor me has revelado y en esta noche en que me das la oportunidad de hablar contigo no encuentro palabras para expresarte mi amor; no encuentro...]
Silénciate, no me digas nada; tan solo la apertura que tú tienes de escuchar mi voz, tan solo el deseo que tienes de permanecer a mi lado, tan solo el anhelo que tienes en tu corazón de sentirme, de sentirte amado por Mí, eso es todo, esto me basta.
Hijo mío, apóstol y súbdito de mi Sagrado Corazón, eso sí, quiero verte algunas veces postrado en el Sagrario; porque la postración derrite mi Divino Corazón de Amor por el alma que se reconoce nada frente a mi sublime presencia.
Algunas veces me verás llorar no de tristeza sino de amor y de alegría.
La postración es signo de humildad; la postración es reconocerse nada.
[Jesús, haré lo que Tú me pidas; algunas veces postraré mi espíritu, mi cuerpo para rendirte toda la gloria que como Dios te mereces y te pediré perdón por mi soberbia, por mi orgullo; te pediré perdón por la falta de recogimiento.]
Hijo, cuando estés en el Sagrario, piensa solo que estás frente al Hombre-Dios, frente a Jesús de Nazaret y pídeme que arrobe tus sentidos, que arrobe tu espíritu; pídeme que sumerja todo tu ser en contemplación; pero una condición es necesaria: que este sentimiento y esta petición que tú me haces brote desde lo profundo de tu corazón.
[Lo haré, ya que Tú hoy me lo enseñas; te prometo guardar en mi corazón estas lecciones, estos coloquios; meditaré en ellos.]
Me dices: meditarlos; pero también debes vivirlos. Esfuérzate, pupilo de mi escuela paternal, en practicar mis consejos; solo busco la salvación de tu alma, solo quiero recogerte y llevarte entre mis brazos y adentrarte en la morada que te tengo pre-parada.
[¿ Y cuándo será ese momento, amado Jesús mío?]
Si te lo dijera te maniataría; si te lo dijera quizás te asustarías; solo vive cada día como si fuese el último día de tu vida; solo haz de cada día una fiesta celestial, un encuentro de amor en el tabernáculo de mi Amor Divino. Pero has de saber que te necesito un buen tiempo en la tierra, porque eres mi intérprete, eres mi vocero, eres el comunicador de mis gracias, eres mi lápiz desgastado; y en la medida en que escribes, más te empequeñeces; en la medida en que escribes, más oculto te harás frente a los ojos de las miradas curiosas y del mundo.
Déjate guiar, déjate conducir por Mí; no pienses en tantas cosas baladíes, ocupa tu mente solo en Mí; y así no entrará la turbación en tu espíritu, y así permanecerás en mi Paz.
Recuerda, hijo mío, que este diario espiritual es una muestra más de Misericordia para toda la humanidad; este diario espiritual es un gesto más de mi Amor para con todos los hombres. Te asombrarás cuando veas este, mi libro, traducido a varias lenguas; te asombrarás cuando los tengas en tus manos, no podrás contener tus lágrimas y mucho menos esconder tu emoción, tu alegría.
Este diario espiritual será, también, legado descendido del Cielo para todas mis hijas e hijos reparadores.
[Jesús...]
No me digas nada, solo contémplame, embriágate de amor. El silencio es más elocuente que la palabra.
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.