Déjate guiar por el atajo que te lleva al Cielo

224. Déjate guiar por el atajo que te lleva al Cielo

27 de Marzo de 2013 (2:40 p.m.)

Abre tus oídos a mi voz, cierra tus ojos por un instante, me dejaré ver por los ojos de tu alma.

Respira profundamente y aspira mi fragante nardo; quiero embelesarte, quiero cautivarte y atraparte, quiero que seas mi esclavo de amor, apóstol de mi Sagrado Corazón. Por eso, déjate conducir por Mí; permíteme que te muestre el camino que debes andar, permíteme que te envíe muchos ángeles del Cielo para que te libren de los peligros que te acechan.

Hoy, repara por tus pecados; hoy, arrepiéntete de corazón por todas las veces que me has ofendido.

Hoy, te has encontrado con la luz; la luz verdadera que iluminará tu sendero, para que te encuentres después a solas conmigo.

Hoy, arropo la desnudez de tu corazón con el manto de mi Misericordia Divina; porque, ¿sabes?. no estás solo; siempre, siempre he caminado a tu lado, hasta en los momentos de mayor oscuridad; hasta en los momentos de mayor tiniebla; de vez en cuando te hablaba al oído y por momentos escuchabas mi voz; de vez en cuando sentías en tu corazón la necesidad de silencio, la necesidad de buscarme en el Sagrario y me encontrabas; pero después, el mundo te absorbía, después el mundo te atrapaba en sus telarañas y te apartaba de Mí, te separabas de Mí. Pero, aún así, te buscaba; aún así, te enviaba ángeles del Cielo, disfrazados de personas buenas, para que te hablasen de Mí y te mostraran el camino que debías andar. Pero no importa, te he rescatado; no importa, ya te encontraste conmigo y decidiste andar por caminos angostos, pedregosos, que te llevan al Cielo.

Hoy, te estoy dando la oportunidad de que firmes un pacto de amor conmigo.

Hoy, te estoy dando la gran oportunidad en tu vida, que nazcas de nuevo y mueras al hombre viejo.

Hoy, te estoy dando la gran oportunidad en tu vida; por eso, he permitido que tengas en tus manos mi diario espiritual; porque quiero alimentarte, quiero nutrirte para que te robustezcas en tu fe, y los vientos fuertes de doctrinas llamativas y extrañas no te sacudan como veleta en alta mar.

Hoy, mis palabras inundarán tu corazón de mi paz, porque te amo; mi amor por ti es más inmenso que el Cielo, más profundo que un océano. Mi amor por ti me ha llevado a escribir este diario espiritual, porque quiero formarte como apóstol de mi Sagrado Corazón, porque quiero conducirte por el atajo que te lleva al Cielo.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.