Haz en todo mi Divina Voluntad
288. Haz en todo mi Divina Voluntad
5 de Junio de 2013 (11:15 a.m.)
Adéntrate en el interior de mi Sagrado Corazón, quiero rebosar tu espíritu de paz, quiero que descanses en Mí, porque conozco tus fatigas; algunas preocupaciones dispersan tu mente, cuando solamente deberías estar pensando en Mí, cuando tu corazón debe latir con vehemencia; porque eres mi hijo amado, eres mi vocero en la tierra, necesito de ti para que muchos me amen; por eso, mantén tus ojos despiertos, abiertos a la realidad que estás viviendo; Satanás puede llegar a ti disfrazado de ángel de luz; no sabes en qué momento pueda abalanzarse sobre ti, como buitre que va en busca de su presa.
Hoy quiero escuchar de tus labios muchos "te amo"; hoy, ábreme las puertas de tu corazón, porque tengo frío; caliéntame con el fuego de tu oración, de tu entrega generosa y decidida para decirme sí, para caminar tras de Mí, a pesar de las fuertes tempestades, de los huracanes que quieran desplomarte o lanzarte al vacío.
¿Acaso te parece poco mi amor? ¿Acaso crees que son algunas gotas de Misericordia que derramo sobre ti? Son torrenciales de mi amor y de mi ternura.
Haz en todo mi Divina Voluntad, entrégame tus miedos; el miedo paraliza, estropea mis planes; el miedo corta tus alas y te impide volar hacia Mí; el miedo te ancla, te amarra y, por eso, tantas almas se han desviado de mi camino, por el temor a sufrir, a padecer, a cargar la cruz de cada día sin reproche alguno.
Deja que te envuelva en las llamas de mi Divino Corazón; quiero abrasarte y consumirte de amor, quiero hacer cenizas tus pecados, quiero plasmar en todo tu ser mis rasgos divinos.
[Señor, tanto amor, tanta Misericordia tienes por todos nosotros: hombres débiles, hombres atraídos por las cosas del mundo, hombres imperfectos; pero Tú nos sigues llamando.
Cómo negarme a cumplir con todo lo que Tú me pides, cómo no escribir para tu diario espiritual, cuando estas palabras levantarán mi ánimo decaído, me mostrarán el camino que debo andar. Jesús, mi amado Jesús, eres poeta, eres Maestro que me enseñas a vivir la verdadera vida. Quiero ser tu loco enamorado; no quiero suspirar más para el mundo ni para las criaturas terrenas, quiero suspirar de amor por Ti. Pero siento que, ante tanto derroche de amor para conmigo, no te he correspondido lo suficiente, porque sé que esperas mucho de mí.]
Es verdad, hijo mío, espero mucho de ti. Pero no te impacientes; el día que tomé tu corazón en mis manos encontré heridas, grietas; algunas manchas negras, que eran obstáculo para que mi Luz Divina penetrara en ti con todo su resplandor y fuerza.
Cuando te miraba, por algunos momentos, veía tu inocencia; pero también conocía tus pecados.
Por eso me apiadé de ti, te hablé al oído, te encadené al cordel de oro que sostiene mi túnica blanca y resplandeciente; te arrebaté de las garras del enemigo y te llevé entre mis brazos para sanarte y darte un corazón nuevo.
[Señor, eres Padre Misericordioso; lo que no hacen los hombres lo haces Tú. No sé cómo agradecerte, porque me has rescatado, has impedido que cayera en una fosa oscura; he sido tonto por haber caído en las seducciones del mundo y engaños de Satanás, cuando la verdadera y única felicidad la das tú. Te amo, eres mi delirio de amor; te amo, eres el camino por el cual debo andar; no me sueltes de tus brazos, me perdería; no me abandones, caería al abismo de la perdición.]
Cómo separarme de ti, si bien caro he pagado por los hombres; mi muerte en cruz ha sido un acto de amor para redimir al género humano de todo pecado. Mi muerte en cruz ha sido un gesto de mi misericordia divina, porque te amo.
Es importante que reconozcas tú miseria; pero, aún, es más importante el dolor que debes de sentir por tus pecados. Pero ya ves, tu tiempo no se ha terminado; si es posible, vuelve a empezar, porque mi Misericordia para contigo y para con todos mis hijos jamás se agotará.
Te pido que me regales parte de tu tiempo para hablarte al corazón y escribas estas, mis palabras; porque los pecadores más empedernidos volverán a Mí, las almas más ciegas espirituales recobrarán la luz.
[Dame fuerzas, amante Jesús mío; haz que mi vida se consuma, como cirio se consume y arde frente a tu presencia Eucarística. Revísteme de humildad, escóndeme en in Corazón Sagrado, porque la gloria y la honra han de ser solo para Ti.]
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.