Deja que te llene de mi Amor
400. Deja que te llene de mi Amor
19 de Octubre de 2013 (11:25 a.m.)
Este día lo tenía previsto para ti; este es el día que te haré sentir mi presencia, en lo profundo de tu corazón, para que te embriagues de amor, para que suspires de amor ansiando alcanzar el Cielo.
Este es el día que quiero hablarte en lo profundo de tu corazón y llamarte a un cambio de vida; ya no puedes ser el mismo de antes, algo nuevo y grande estoy obrando en tu vida.
Este es el día para que te reconozcas pecador y débil.
Este es el día para que me pidas perdón, porque anduviste como oveja extraviada de mi redil; bebiste de otras aguas.
Este es el día para que vengas a Mí como hijo pródigo; malgastaste mi herencia, probaste la hiel amarga del pecado, creíste encontrar la felicidad en las cosas del mundo y solo hallaste desgracias, soledad, naufragaste en el vacío.
Este es el día en que te haré experimentar mi Amor y mi Misericordia; no todo está perdido en tu vida, una oportunidad más te concedo.
Este es el día en que espero verte entrar por el pórtico de mi templo y me mires y me sientas, porque estoy vivo; me he quedado, hasta la consumación de los siglos, en la Hostia Consagrada.
Este es el día para que me entregues tus problemas, tus dificultades, tus enfermedades.
Este es el día para que me entregues las heridas de tu corazón, los recuerdos de tu pasado que te llevan a derramar lágrimas o a sentir algunas veces remordimiento, complejo de culpa.
Este es el día para que me entregues todo lo que hay dentro de ti: tus cargas, tus miedos, tus dudas, tus vacilaciones y también tus proyectos.
Este es el día para que te sientas amado, amada; para que experimentes mis besos y mis abrazos.
Este es el día para que me entregues a los tuyos, tu familia, la familia que te he regalado, tu trabajo, tu profesión.
Este es el día para que me entregues tu historia; historia que deseo transformar, historia que quiero sanar.
Este es el día para que te sientas libre y postres a los pies de mi Santa Cruz tus vicios, esclavitudes.
Este es el día en que experimentarás verdadera libertad, gozo, plenitud en el alma.
Este es el día en que he salido a tu paso, he llegado a ti como llegué a María Magdalena. ¿Qué obré en ella? Una transformación, una renovación de corazón.
¿Qué obré en ella? Un cambio radical en su vida; mi mirada, mi compasiva mirada cubrió la desnudez de su cuerpo; mi mirada, mi tierna mirada penetró en lo profundo de su corazón y ella por primera vez se sintió amada.
Este es el día para que evalúes tu vida, para que hagas un alto en el camino y me entregues tus errores, me entregues los secretos más ocultos que hay dentro de ti.
Todo lo conozco; pero este es el día que llego a ti como amigo fiel, amigo en quien puedes depositar tu confianza.
Este es el día para que repares por tus pecados.
Este es el día para que te respondas, en mi presencia Eucarística, si verdaderamente me amas;, si verdaderamente el mundo ya ha perdido totalmente su atractivo para ti, si verdaderamente en tu corazón hay el deseo de cambio, si verdaderamente estás dispuesto a dar tu vida por Mí si fuese necesario.
Este es el día en que quiero sanar tu corazón de todo rencor, ya no te hagas más daño, perdona a todos aquellos que te han ofendido y lastimado.
Este es el día para que te sientas amado. No importa que, alguna vez en tu vida, hayan jugado con tus sentimientos; no importa que, alguna vez en tu vida, te hayan sido infieles; no importa que tus sueños de formar familia no se hayan realizado, no importa que muchas veces no te hayas sentido amado. Lo que te debe importar es que mi amor por ti es eterno, no tiene límites; mi amor por ti es más profundo que un océano.
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.