Matricúlate en la escuela de mi Amor Divino

395. Matricúlate en la escuela de mi Amor Divino

10 de Octubre de 2013 (9:31 a.m.) Desierto de amor en el Sagrado Corazón, Perú

Toma mi diario espiritual y ábrelo, porque quiero hablarte en lo profundo de tu corazón, quiero vociferarte en tu oído que te amo, quiero arrancar dentro de ti todo aquello que no me da gloria, todo aquello que nos separa.

Toma en tus manos mi diario espiritual y aliméntate de él diariamente. En este día de desierto de amor, en mi Sagrado Corazón, quiero revelarte un gran misterio, misterio escondido y oculto; y —como veo que eres humilde, sencillo y te asemejas a un niño corriendo tras las órdenes de su papá hoy quiero mostrártelo para que seas santo, para que pierdas el encanto por las cosas del mundo y para que tu corazón, óyelo bien, para que tu corazón vibre de amor solo por Mí.

Quiero que trabajes arduamente para que alcances el don de la perfecta alegría; nada de tristezas debe haber dentro de ti, nada de angustia y de soledad, nada de rencores y resentimientos, nada de abatimientos; me he dejado conocer por ti, he salido a tu paso; por eso, postra a los pies de mi Santa Cruz todo lo que tú eres: tus vicios, esclavitudes, las experiencias de tu pasado que te han marcado con el dolor, con el sufrimiento; tus remordimientos, tus complejos de culpa.

¿Sabes? En este instante, si me das toda la autoridad, obraré en ti un cambio, una transformación; solo necesito escuchar de tus labios y de tu corazón: "Heme aquí Señor para que hagas conmigo lo que Tú quieras". Y de inmediato trabajaré con delicadeza en tu alma, no sentirás dolor, te trataré con dulzura.

He muerto por ti en una cruz; te llevaré al monte Tabor y allí transfiguraré todo tu ser; te llevaré al monte Tabor y allí quitaré los vestidos de mendigo que llevas puesto y te pondré ropajes nuevos; daré luz y brillo a tu alma, te concederé la gracia para que no camines más en tinieblas ni en oscuridad.

Por eso, esfuérzate en adquirir la perfecta alegría; siente gozo de ser mi hijo amado; siente gozo porque he puesto mi mirada de Misericordia en tu pequeñez, en tu miseria, en tu nada; siente gozo porque llevo escrito tu nombre en el libro de oro de mi Sagrado Corazón; siente gozo por haberte sacado de las cosas del mundo. Desde aquel majestuoso día en que te encontraste cara a cara Conmigo, ya no eres el mismo; has empezado a sentir un cambio, dentro de ti se ha obrado un cambio; siente gozo porque ya perdiste el atractivo por los placeres fugaces y quieres ser libre.

Dime que te dé libertad de espíritu y arrancaré de tus tobillos cadenas oxidadas.

Dime que te conceda la gracia de volar para encontrarte conmigo y ceñiré, espiritualmente, almas plateadas de paloma.

Pídeme que te conceda la gracia, cada vez que llegues al Sagrario, de sentirme, de experimentarme, y saetearé tu corazón con mis rayos de Amor Divino; rociaré tu alma, tu espíritu con el agua viva que brota de las fuentes de mi Divino Corazón. 

Dime que sin Mí te morirías de tedio, de melancolía.

Dime que sin Mí serías como una barca en alta mar a punto de naufragar.

Dime que sin Mí te sentirías como un pájaro enjaulado al cual le han cortado sus alas.

Dime que soy el todo en tu vida, que soy la única razón de tu vivir.

La perfecta alegría es una gracia que te quiero conceder en este día; por eso, abre las puertas de tu corazón de par en par; déjame entrar en lo profundo de tu interior, llenaré tus vacíos, me llevaré tu soledad, te daré ánimo en tu debilidad.

Déjame entrar en lo profundo de tu corazón y ya no sentirás más resentimientos; los recuerdos tristes de tu pasado serán borrados del libro de tu vida.

La perfecta alegría te debe llevar a un cambio radical en tu vida; no pienses ni te comportes como los que son del mundo; eres espiritual, buscas la trascendencia, anhelas habitar en una de las moradas de mi Reino.

La perfecta alegría te debe llevar a una confianza excesiva en mi Misericordia, nada malo te sucederá; cómo permitir que te hagan daño si eres mi hijo amado; cómo permitir que seas arrancado de uno de los jardines del Cielo si eres una rosa, un clavel cuidado por los santos ángeles y rociado con el agua viva de mi Amor; cómo permitir que caigas en pozos o en abismos sin salida cuando te he rescatado, te he liberado; cómo permitir que continúes en tu ignorancia espiritual cuando he dado nueva luz a tus ojos, un entendimiento mayor que otras criaturas; por eso, has venido a encontrarte conmigo; sentías la necesidad de un desierto de amor en mi Sagrado Corazón; pero lo que no esperabas era que Yo mismo te hablara al oído, te hablara al corazón; lo que no esperabas era experimentar mi amor, palparme con el tacto de tu alma.

En este desierto de amor de mi Sagrado Corazón, prométeme que pondrás de tu parte para alcanzar la perfecta alegría; no quiero verte triste; no quiero que te sientas solitario, abandonado; no quiero que pienses que el sol solo brilla para unos cuantos y para ti es tinieblas, oscuridad si a todos mis hijos los amo por igual.

Te pido decisión, arriésgate a vivir una aventura de amor conmigo; sé apóstol de mi Sagrado Corazón y te esconderé en la herida abierta de mi sagrado costado, te protegeré de las acechanzas del enemigo, te haré inmune frente a los ataques de Satanás; nadie podrá contra ti, porque Yo estoy contigo.

Hazte apóstol de mi Sagrado Corazón; matricúlate, hoy mismo, en mi escuela de Amor Divino; crecerás en virtud, en santidad. Te descubriré misterios que solo revelo a los que son sencillos y pequeños; tu corazón vibrará de amor cada vez que quieras encontrarte conmigo en el Tabor de mi Sagrario.

Matricúlate en la escuela de mi Amor Divino; te proveeré de todo lo que necesitas; mi bendición la extenderé sobre tu familia, sobre todos los que tú amas.

Hazte apóstol de mi Sagrado Corazón y en este día entronízame en tu corazón, quiero abrasarte con la llama de mi Amor Divino; solo quiero calcinarte de amor, solo quiero concederte la gracia de una fusión de corazón; solo necesito que me des permiso, que me digas sí; no violento a nadie, te doy libertad; pero has de saber que espero mucho de ti, lo espero todo de ti.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.