Déjame que guíe tu vida
213. Déjame que guíe tu vida
18 de Febrero de 2013 (9:18 p.m.)
Escucha, quiero hablarte al corazón; quiero derramar solo derroche de amor y de ternura. Te elegí, te llamé para que fueses mi esclavo de amor, súbdito de mi Reino.
Deja que sea Yo el que guíe tu vida; solo sé dócil, maleable; solo déjate llevar, conducir por el eco de mi voz. Abre las puertas de tu corazón, quiero entrar y tomarlo como mi morada; pero si ves que hay puntos negros, vestigios de pecado: acude al tribunal de mi Misericordia, te perdonaré tus pecados, te limpiaré con el agua viva que brota de mi Divino Corazón.
Hoy quiero que descanses en Mí; si quieres recuesta tu cabeza en mi pecho; si quieres te tomaré entre mis brazos, te arrullaré como a un niño pequeño que no sabe dormirse si no está entre los brazos de su madre; quiero que percibas mi presencia y te embriagues de amor; quiero llevarte a degustar, por adelantado, las delicias del Cielo.
Ya que te he dado la oportunidad de encontrarte conmigo en este día; cuéntame una a una tus preocupaciones, entrégame tus miedos, tus vacilaciones.
Si crees que el peso de tu cruz supera tus fuerzas, alivianaré tus cargas; ten confianza, no tengas dudas en contármelo todo, estoy dispuesto en hacer algo por ti; quiero obrar un gran prodigio en tu vida; te pido que me hables, como se le habla al mejor de los amigos; te estoy demostrando mi Misericordia, quiero bendecirte, quiero darte un nuevo corazón. Por eso, entrégame tus debilidades; por eso, entrégame tus pecados, entrégame tus enfermedades, los recuerdos tristes del ayer.
Si sientes que en tu corazón hay vacíos, si sientes que en tu corazón hay heridas, resentimientos, quiero liberarte, quiero hacer de ti una obra nueva, darte perfección; solo necesitas receptividad a mis palabras; solo necesitas decirme sí.
{Señor, aquí estoy en esta noche entregándote mi vida, entregándote todo lo que soy; aquí estoy en esta noche queriendo experimentar tu Amor, tu Misericordia.
Madre María, Tú que eres el camino seguro de encuentro con Jesús: tómame en tus manos, guárdame en tu Inmaculado Corazón y prende fuego de amor santo en mi corazón.}
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.