¿Qué quieres que haga por ti?
216.1. ¿Qué quieres que haga por ti?
19 de Febrero de 2013 (8:43 p.m.)
Hijo amado, te estaba esperando; quería que rompieras con mi soledad por un instante, quería hablarte en lo profundo de tu corazón; quería que menguases mi soledad, porque no soy amado ni adorado por todos los hombres. Te pido reparar por el abandono en todos los Sagrarios del mundo; te necesito como centinela; acércate a Mí que quiero prender la llama tenue que arde en tu corazón con la llama de mi Amor Divino; te quiero consumir de amor.
Ríndeme un sentido homenaje de adoración; me he quedado en el tabernáculo por ti; te he traído para que descanses en Mí, para que me entregues tus cargas, tus luchas; para que me entregues tus problemas; algo quiero hacer en tu vida, un prodigio de mi amor.
Únete a la adoración y la alabanza de los Santos Ángeles y adórame vivo y presente en la Hostia consagrada, manifestación de amor para toda la humanidad; misterio de amor que es contradicción para los sabios y letrados, misterio de amor que es la máxima de las manifestaciones de misericordia para los sencillos, para los pobres de espíritu.
Te quiero como vela encendida, en esta noche, dándome todo el honor y la gloria que los hombres no me dan.
¿Qué quieres que haga por ti? Cuéntamelo todo, minuciosamente; estoy dispuesto a darte toda mi ayuda; te escucho, aun conociendo tus secretos; aun conociendo todo de ti; te pido que me manifiestes con palabras lo que sientes en tu corazón; confía en Mí; cómo defraudarte si por ti morí en una cruz, me hice víctima divina para redimirte del pecado y darte salvación y vida eterna.
Cuando un alma se acerca al Sagrario, embellezco su corazón, le transverbero el alma con un flechazo de mi Amor Divino.
Cuando un alma se acerca al Sagrario, extiendo sobre ella el manto de mi Misericordia y la escucho, la miro tiernamente y le balbuceo a su oído un "te amo".
Cuando un alma se acerca al Sagrario y viene a Mí con espíritu de fe, tomo sus preocupaciones, sus dudas, vacilaciones, sus miedos, sus temores, sus angustias y le alivio su dolor; soy consuelo en su tristeza, soy luz en sus días de tinieblas, soy fuente de agua viva en los momentos de ardiente sed.
Cuando un alma se acerca al Sagrario, obro en ella un gran prodigio; prodigio que la lleva a un nuevo nacimiento, a una transfiguración espiritual de su ser; no busques afuera lo que no se te ha perdido; no andes de un lado para otro buscando novedades. Yo soy la gran y verdadera novedad; en Mí lo encuentras todo, en Mí descubrirás misterios insondables que solo revelo a los pequeños, a todos aquellos que tienen corazón de niño; en Mí hallarás una gran reserva de amor.
¿Qué gracia quieres que te conceda en esta noche? Así como curé a la hemorroisa, que con tan solo tocar la orla de mi manto quedó sana, así como curé de su ceguera al ciego Bartimeo, así como resucité a Lázaro: puedo obrar, si tienes fe en que puedo hacer proezas, maravillas. No te irás sin haber recibido de mi parte una gracia, una bendición.
Sigue....
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.