Te estaba esperando
215. Te estaba esperando
19 de Febrero de 2013 (8:52 a.m.)
Escucha cómo te hablo al corazón; siente los latidos de mi Corazón acelerados; percibe mi respiración, mi aliento fresco; estoy vivo, he resucitado por ti. Me he quedado en todos los Sagrarios de la tierra para no dejarte huérfano ni solo; he embellecido el Cielo, lo he alfombrado de azul, le he puesto estrellas, astros para que te alumbren; he teñido, con finos colores, los paisajes; te he rodeado de personas buenas que te hablen de Mí, que te impulsen a amarme, a dar gloria a mi Santo Nombre; he puesto sacerdotes para que perpetúen mi presencia Eucarística y te administren los Sacramentos; te he sacado del fango en el que te encontrabas; he cortado, de tus tobillos, cadenas oxidadas que te impedían vivir en libertad; te concedí contrición de corazón, arrepentimiento verdadero de tus culpas.
Y un día escuchaste mi voz, un día me dejé encontrar por ti, te salí en la mitad del camino, y desde aquel encuentro ya no fuiste el mismo, la misma; algo nuevo ocurría en ti. El mundo empezó a perder fascinación, encanto; empezaste a perder el gusto por lo que antes te atraía; el vacío, el no encontrarle sentido a tu vida empezó a florecer en tu corazón; no hallaste reposo ni paz hasta el día en que descansaste en Mí.
Te estaba esperando para perfumar tu corazón de mi fragante nardo.
Te estaba esperando para tomar tu corazón fragmentado y herido, y restaurártelo, darte un corazón nuevo.
Te estaba esperando para decirte que te amo.
Te estaba esperando para tomarte en mis brazos y levantarte como ofrenda de amor a mi Padre Eterno.
Te estaba esperando para estrecharte en mi pecho y hacerte sentir los latidos acelerados de mi Corazón.
¿Qué más manifestación de amor necesitas para que creas en Mí? ¿Qué más manifestación de amor necesitas para que lo dejes todo, para que firmes en este mismo instante un pacto de amor conmigo? ¿Qué más necesitas que te diga, que te hable al corazón? Te he señalado un nuevo camino, te he mostrado un camino esperanzador, un camino embellecido de rosas, pero con algunas espinas.
Quiero que abraces mi cruz, quiero que te desboques de amor por Mí. Respóndeme, con prontitud, a la llamada que te hago en este día; sé mi discípulo, sé vasallo de mi Sagrado Corazón.
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.