Entra por la herida de mi Sagrado Costado

325. Entra por la herida de mi Sagrado Costado

10 de Julio de 2013 (2:18 p.m.) 

Hoy quiero dar mi Amor, en lo profundo de tu corazón, con una lluvia de gracia y de bendición; porque precisamente mi mirada de Misericordia ha sido puesta en ti; las redes de mi Amor Divino te han atrapado, porque quiero que seas apóstol de mi Sagrado Corazón; quiero revelarte misterios, riquezas insondables, perlas del Cielo que te harán santo. Sé dócil a todo lo que te pido; solo necesitas disposición, apertura de mente y de espíritu; nada perderás al decirme sí, lo ganarás todo porque entregaré en tus manos tesoros de cuantiosa suma; medita en las palabras de mi diario espiritual, comprométete conmigo, no tengas miedo en caminar tras mis huellas, te haré fuerte en tu debilidad, te daré descanso en tus fatigas, renovaré tus fuerzas cuando sientas que ya no puedes más; solo déjate formar, instruir, educar.

Hoy te invito a que te adentres, espiritualmente, por la herida de mi Sagrado Costado y llegues al océano infinito de mi Misericordia; porque quiero lavarte y purificarte interiormente, quiero que quedes impregnado de la fragancia de los santos ángeles.

Para que seas un buen apóstol de mi Sagrado Corazón, debes meditar en los misterios de mi Sagrada Pasión, debes caminar conmigo por la calle de la amargura; únete a mi sufrimiento y repara por los pecados de toda la humanidad, únete a mi sufrimiento y ayúdame a cargar con el peso extenuante de mi Santa Cruz. Busco cirineos que me den descanso, busco Verónicas que limpien y enjuguen mi Divino Rostro ensangrentado por los pecados de los hombres.

Como apóstol de mi Sagrado Corazón, haz de cada viernes un viernes santo; adéntrate en el tabernáculo de mi Amor Divino y consuela mi agonizante Corazón, porque la maldad de los hombres me han crucificado de nuevo. Cuando meditas en los misterios de mi Sagrada Pasión, hago que sientas pavor y horror por las penas y sufrimientos del infierno; cuando meditas en los misterios de mi Sagrada Pasión, hago que sientas repugnancia por el pecado, que te alejes del mundo y de sus falsas seducciones.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.