Haz el propósito de alcanzar la santidad
339. Haz el propósito de alcanzar la santidad
25 de Julio de 2013 (9:14 a.m.)
{ Mi amado Jesús, heme aquí con mi corazón contrito y humillado; heme aquí reconociendo todas las veces que te he herido, que he lastimado tu agonizante Corazón; heme aquí reconociéndome como el más pecador, el más impío de los impíos; heme aquí, Señor, suplicándote misericordia para conmigo; porque he sido oveja perdida de tu redil, he sido el hijo pródigo que un día tuve el atrevimiento de pedirte parte de la herencia que me correspondía y la malgasté, caí en posos fangosos. El mundo me separó de Ti, el mundo me hizo esclavo del demonio y los vacíos empezaron a florecer en mi corazón; el sinsentido a mi vida me llevaba a buscar lo que no se me había perdido, me llevaba a buscar afecto, a mendigar amor, cuando el verdadero amor solo lo das Tú, cuando el verdadero amor brota de tu Sagrado Corazón.
Pero tuviste compasión de mí, tu mirada paternal siempre estuvo puesta sobre mí; y hoy vengo a tu presencia pidiéndote perdón, hoy vengo a tu presencia pidiéndote que tomes en tus manos mi corazón herido, mi corazón maltratado, mi corazón vacío; hoy vengo ante tu presencia, amado Jesús mío, queriéndote rendir toda la gloria que un día te negué, queriéndote dar todo el amor que un día cambié por el mundo y dejé de alimentarme del maná de ángeles, del alimento que me da salvación y vida eterna, para comer del salvado, del alimento que se le da a los cerdos; pero te doy gracias porque me llamaste, no tuviste en cuenta mi miseria y mis maldades; gracias, te doy, porque verdaderamente eres el Padre de la Misericordia y hoy experimento tu amor, tu paz; hoy puedo decirte que he encontrado el verdadero amor. }
Hijo amado, necesitaba escuchar estas palabras, necesitaba verte postrado a mis sagrados pies con una verdadera contrición de corazón; te proporcioné este espacio de soledad, de silencio; sensibilicé tu corazón porque te amo; quité, de tus ojos densas capas de oscuridad que te impedían verme; removí de tus oídos tapones; por eso, cuanto te hablaba, cuando te llamaba, no me escuchabas; y una gotita de mi Sangre preciosa deposité en tu corazón para hacerte sensible a mis llamadas de amor, para hacer que mi voz resonara en lo profundo de tu ser.
Necesitaba verte derramar algunas lágrimas, lágrimas que son bálsamo sanador para tu corazón herido.
Hoy que reconoces tus pecados, hoy que te consideras necesitado de mi amor, ávido de mi Misericordia, haz el propósito de no herirme más, haz el propósito de alcanzar la santidad así el mundo se te venga encima; haz el propósito de amarme a Mí únicamente, es que soy celoso de lo que amo y no quiero un amor compartido.
Te pido, hoy, que te entregues a Mí sin ninguna reserva; no tengas temores, no tengas miedo; el temor te lo pone el demonio para separarte de Mí; nada de vacilaciones e indecisiones, abalánzate en mis brazos que te haré sentir los latidos de mi Corazón como balbuceos de amor para ti, porque te amo.
Hoy haz el firme propósito de ser virtuoso, sumamente piadoso; dame toda la honra, alabanza y gloria que me merezco; Ya te he demostrado que te amo.
Un día me acerqué a ti y te saqué de aquel pozo fangoso en que estabas inmerso; un día te hablé al oído y por fin escuchaste mi voz; me acerqué a ti disfrazado de ángel, no quería asustarte; si me hubiese mostrado con toda mi gloria, si te hubiese concedido la gracia de verme en plenitud, hoy no estarías aquí. Como conozco tu humanidad, el barro del que estás hecho, te he llamado de diversos modos; mi pedagogía divina no es la misma pedagogía que utilizan los hombres.
Pero hoy te concedo el privilegio para que me ames; para que postres de una vez por todas, a los pies de mi Santa Cruz, el hombre viejo, el pecado que un día te separó de Mí; hoy, te concedo la gracia de que abras tu corazón y me des albergue; quiero ser tu huésped, quiero cautivar tus sentidos para que tu mirada siempre esté fija en Mí; quiero seducirte con mi voz y con mis palabras, porque te amo.
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.