María Magdalena, ejemplo de alma reparadora
337. María Magdalena, ejemplo de alma reparadora
17 de Julio de 2013 (3:14 p.m.)
Morirás sin conocerme en plenitud, soy un misterio que lentamente te lo he ido revelando; pero te invito a que conozcas más de Mí, a que te enamores más de Mí, a que conozcas mis obras, mis milagros; a que profundices en la sabiduría divina que se encuentra escrita en el libro de oro de mi Sagrado Corazón.
Un día le salí al paso a María Magdalena, y de su corazón le arranqué malezas, flores marchitas, frutos secos; le miré con Amor y Misericordia, le hablé con dulzura, le manifesté mi amor puro y mis palabras la postraron a mis divinos pies; y lloró amargamente sus pecados, se sintió indigna de estar frente a mi presencia; pero suplicó mi perdón y mi Misericordia.
María Magdalena, mujer pecadora, conoció la excesiva misericordia que contiene mi Sagrado Corazón; con los ríos de la gracia limpié su alma, con los ríos de la gracia le devolví el resplandor y la luz. María Magdalena supo beber del agua viva que brota de mi sagrado costado.
María Magdalena supo adentrarse en mi Divino Corazón y se hizo mi discípula; ella también fue apóstol de mi Sagrado Corazón, supo enfrentarse al mundo señalador; demostró a los hombres que mi Amor Divino sana, libera, restaura.
María Magdalena es ejemplo de alma reparadora. Ella aprendió a abrazar mi cruz; sus mortificaciones y penitencias le devolvieron la pureza a su corazón; la putrefacción, la hediondez que llevaba dentro se cambió por suave aroma, exquisito perfume.
Y tú haz lo mismo que hizo María Magdalena cuando se encontró conmigo: llora tus pecados, unge mis sagrados pies con tus lágrimas.
Eres apóstol de mi Sagrado Corazón; emprende, pues, el camino de la reparación para que seas como un ángel de luz en la tierra.
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.