Sosiega tu corazón, descansa en Mí
428 . Sosiega tu corazón, descansa en Mí
13 de Noviembre de 2013 (9:30 a.m.)
Hoy, sosiega tu corazón, descansa en Mí, búscame en la soledad del Sagrario, sentirás tu corazón arder de amor.
Hoy, entrégame tus miserias, tus debilidades, tus pecados; dime que necesitas de mi Misericordia, de mi perdón; háblame con sinceridad y sabré obrar en ti, te mostraré el camino de bendición.
Hoy, haz silencio; regálate un espacio para que te encuentres, también, contigo mismo y evalúa tu vida. ¿Cómo estás administrando los talentos y bienes espirituales que te he concedido? ¿Cómo está tu vida frente a Mí? ¿Has crecido en estatura espiritual, o sientes que vas en retroceso? ¿Qué quieres que haga por ti? Pídemelo con confianza, recuerda que obro prodigios a favor de todos los que me aman; recuerda que conmigo alcanzarás todo, nada hay imposible para Mí; solo basta que tengas fe, solo basta que creas en Mí y en mis promesas. Desahógate, habla conmigo como un buen padre escucha a sus hijos; habla conmigo, este diálogo será una terapia de amor; terapia que sanará tu corazón herido, terapia que limpiará tu alma y te dará brillo.
[Señor, aquí estoy anonadado y embriagado de amor, porque tus palabras son aliciente en mi vida, me despiertan para abrir mis ojos a una realidad: mi pecado.
No he sabido corresponderte con amor; por eso, te pido perdón.]
Hijo, ya todo te lo he perdonado. ¿Acaso dudas de mi Misericordia?
Muchos hombres confiesan y confiesan un mismo pecado, esta actitud hiere mi Corazón. Solo te pido que hagas reparación constante de tus faltas, solo te pido que tomes conciencia de las consecuencias nefastas que trae el pecado para las almas; no reincidas más en tus faltas, mantente en estado de gracia.
[Dame la fuerza que necesito, Señor, para no ofenderte más; dame la fuerza, Señor, para que mi vida sea ofrenda de amor para Ti. Me has mirado con misericordia.]
Bien lo has dicho; te he mirado con Misericordia, eras oveja descarriada de mi redil, eras hijo pródigo, malgastaste mi herencia; pero lo que importa es que has vuelto a Mí.
[Si Señor; sin Ti mi vida carecía de sentido, sin Ti me sentía como un pájaro enjaulado sin poder volar; sin Ti, Señor, mi corazón lloraba, gemía de dolor.]
¡Ah! Ya sabes qué es estar en las cosas del mundo; ya sabes qué crean en tu corazón los supuestos placeres del mundo: vacíos, soledad, dolor; ya sabes que el pecado deforma tu alma; por eso, mantente aferrado a Mí, no te separes de mi lado.
[Cómo separarme de Ti, Jesús, si Tú me rescataste; si Tú Lanzaste en alta mar tus redes vivas y me atrapaste; por eso, estoy aquí en este día agradeciéndote; pero también pidiéndote que me hagas fuerte para resistir a la tentación.]
Te daré las fuerzas que necesitas para que te mantengas en estado de gracia, pero te pido esfuerzo personal. Si no oras perecerás; si no oras, el demonio hará estragos en tu alma.
[Señor, despierta mi espíritu a la oración, oxigena mi alma.]
Hijo mío, en este instante saeteo tu corazón con los rayos de amor que brotan de mis sagradas llagas. Déjame que me lleve, en este instante, tus debilidades, tus pecados; déjame que purifique todo tu interior.
[Te doy, oh Jesús, toda la autoridad para que Tú dispongas de mí como quieras; toma mi voluntad, ya no quiero dirigir mi vida guiado por mis caprichos.]
Haces bien, porque solo los que hacen mi Divina Voluntad heredarán el Reino de los Cielos.
[Jesús, hay situaciones de mi pasado que por momentos me golpean, me hacen tambalear; quisiera olvidarme de ellas, pero en ciertos momentos vuelven a mi pensamiento.]
No te intranquilices, confía en Mí; medita, más bien, en la Misericordia que he tenido para contigo. Cuando lleguen pensamientos y sentimientos a tu corazón, que tú bien sabes no provienen de Mí, ¡deséchalos de inmediato! La imaginación es el primer medio que utiliza Satanás para llevarte luego a la deleitación, al consentimiento y, por ende, al pecado. Sella y cubre tu mente con mi Sangre preciosa y desecha, de inmediato, todo pensamiento pasajero, toda idea fugaz que te intranquilice. Vive en continua armonía, conserva el equilibrio emocional.
Agradéceme todo el bien que he hecho en tu alma y recuerda que detrás de un pecador puede haber un gran santo.
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.