Aquieta tu corazón, eleva tus ojos al Cielo

243. Aquieta tu corazón, eleva tus ojos al Cielo

10 de Abril de 2013 (8:00 a.m.) Toluca, México

Aquieta tu corazón, eleva tus ojos hacia el Cielo para que me contemples y me alabes. Te he dado vida, he depositado en tu corazón unas Gracias Divinas y no puedes guardar y ocultar los talentos porque el día que te llame te pediré cuentas de su buena o mala administración; me he dejado encontrar por ti, estabas perdido y te he rescatado; caminabas en tinieblas y ahora caminas bajo el resplandor de mi Luz Divina.

Haz que muchos de mis hijos consuelen mi agonizante Corazón; no soy amado, no soy reconocido por todos como el Dios Uno y Trino, presente en la Hostia Consagrada; algunos se atreven a alimentarse de mi Cuerpo y de mi Sangre en pecado mortal. Pobres de estas almas que comen y beben su propia condenación; otros, conociéndome, se han separado de mi verdadera Iglesia; por eso, mira mi Cuerpo místico fragmentado y dividido, herido por la maldad de muchos hombres. Por eso ve, corre y anúnciale al mundo entero que estoy vivo, que he resucitado.

Pondré palabras en tus labios para que mis hijos comprendan la importancia del apostolado de reparación; apostolado de enmienda que sanará mis múltiples heridas; apostolado de enmienda que atraerá sobre el mundo entero mi Misericordia.

Así como te amo a ti, amo a todas las criaturas por igual; no quiero que ninguno de mis hijos se me pierda; a todos les quiero salvar, les quiero reunir, arropar bajo mi Sagrado manto, de la misma manera que la gallina cubre bajo sus alas a sus polluelos. Hijo mío: como apóstol de la reparación inculca en el corazón de tus hermanos la urgencia de una conversión perfecta y transformante; como apóstol de la reparación haz que muchos hogares, muchas familias entronicen de nuevo mi imagen del Sagrado Corazón o de los Sagrados Corazones, para yo abrasarles con la llama de mi Amor Divino y hacerles sentir mi amor, mi protección; como apóstol de la reparación lleva a todas las almas al Sagrario, diles que tengo sed de ser amado y adorado por todos los hombres en el Santísimo Sacramento; como apóstol de la reparación te pido que hagas vigilias de reparación; vigilias en las que se me rinda toda la adoración y la gloria que como Dios me merezco, vigilias en las que se consuele y repare mi Corazón ultrajado y profanado. Como apóstol de la reparación deja en cada país, en cada lugar, semillas de amor, de esperanza, y después verás cómo estas semillas serán árboles frondosos que darán sombra y cobijo a muchos; como apóstol de la reparación haz que muchos de mis hijos se consagren diariamente a mi Sacratísimo Corazón y sean apóstoles de mi Divino Corazón, que testimonien con su vida, con su virtud; como apóstol de la reparación infunde en el corazón de mis hijos las visitas reparadoras. Ya es hora de que todos los hombres adoren mi presencia Eucarística y me reconozcan como al Rey del más alto linaje en todos los Tabernáculos del mundo entero.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.