El peso de tu cruz no supera tus fuerzas
266. El peso de tu cruz no supera tus fuerzas
7 de Mayo de 2013 (5:53 p.m.)
{Jesús, mi delirio de amor, heme aquí con mi corazón perturbado, confundido; no sé si seré capaz de soportar el peso de mi cruz; Tú sabes que soy débil, temeroso; a veces siento que no podré continuar el camino que tienes trazado para mi vida; pero de algo sí estoy seguro, y es que me Llamaste, pronunciaste mi nombre y me invitaste a dejarlo todo, a seguir tus huellas sin importar el cansancio, las dificultades. Por eso, aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad; dame fuerzas para no desandar el camino andado y mirar hacia atrás.}
Hijo mío, acércate a Mí, quiero darte a beber del agua viva, soplar mi Espíritu Santo sobre ti e inundar tu corazón de gozo y de paz; pero también quiero decirte que no estás solo, estoy a tu lado, vigilo tus pasos, cuido de tu sueño.
Recuerda que el peso de tu cruz no puede superar tus fuerzas, porque te desplomarías, caerías de bruces al suelo, te lastimarías, rompería tus huesos, laceraría tu piel. Por eso, soy tu báculo, tu apoyo, tu sostén.
Te necesito armado de coraje para que enfrentes un mundo cruel, señalador, inquisidor; pero no temas; un séquito de ángeles te guía y te protege.
Guarda, por ahora, mis palabras; llegará el momento que muchos de mis hijos se alimenten de ellas y experimenten la dulzura de mi amor.
{Gracias, Señor, por tus palabras; son bálsamo de paz que caen en mi corazón y me hacen suspirar de amor por ti. Perdóname, porque me falta más confianza en ti, más abandono a tus designios Divinos.}
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.