Ayúdame a buscar la oveja perdida

313. Ayúdame a buscar la oveja perdida

25 de Junio de 2013 (2:50 p.m.) 

Hijo mío, necesito llegar al corazón de todas las almas sencillas, inocentes y buenas. Es urgente mostrarles el camino angosto que les lleva al Cielo; porque, lamentablemente, muchos se han desviado de camino; muchos han caído en abismos de perdición y mi Sagrado Corazón se desgarra de dolor; por eso, te pido que te desgastes en mi servicio; ya sabes que la recompensa te la daré el día que hayas cumplido fielmente con la misión que te he conferido.

Ayúdame a buscar la oveja perdida; soy el Buen Pastor que les quiere sanar sus heridas, aliviar las dolencias del cuerpo y del alma. Ayúdame a traer a mi Divino Corazón a los impíos; pobres almas que se han dejado seducir por Satanás, pobres almas que han caído en los engaños y falsas seducciones del mundo, pobres almas que han sido arrebatadas de mis manos. Por eso, ve y llévales mi mensaje de amor; háblales de mi Misericordia Divina, cuéntales que siempre les estoy esperando para quitar los andrajos de hombre viejo y revestirles con ropajes de gracia.

Así como he tenido Misericordia contigo, la tendré con todos los hombres, porque amo a la humanidad entera; así, muchos traspasen mi agonizante Corazón con espadas de desamor, de ingratitud.

Mi muerte en cruz ha sido para pagar la deuda que los hombres contrajeron por el pecado; mi muerte en cruz es gesto de Misericordia para el mundo entero.

Quiero formar un ejército de apóstoles de mi Sagrado Corazón; apóstoles que se comprometan a reparar las injurias a mi agonizante Corazón; apóstoles que, con una conversión perfecta y transformante, reparen sus propios pecados y los pecados del mundo entero; apóstoles que sean mensajeros de la Buena Nueva, portadores de mi luz; apóstoles que amen mi Iglesia y sean fieles al Magisterio y a la Tradición. Así es, pues, que debes ponerte en marcha porque el tiempo apremia; lanza conmigo mis redes vivas en altamar, súbete en la barca de mi Divino Corazón y atrapemos almas. 

Los apóstoles de mi Sagrado Corazón habrán de brillar en una vida de virtud y de santidad. Los apóstoles de mi Sagrado Corazón beberán del agua viva que brota de la fuente inagotable de mi Sagrado Costado; los apóstoles de mi Sagrado Corazón harán del Sagrario encuentro diario de amor, la Eucaristía será el alimento que les fortalecerá en sus debilidades; mi Palabra, mi Evangelio será norma y principio en sus vidas; los apóstoles de mi Sagrado Corazón resplandecerán por su humildad y pureza de corazón; nada turbio ni manchado habrá dentro de ellos, porque el sacramento de la confesión será como un río de gracia, de Misericordia que les limpiará interiormente hasta darles el candor y el encanto de los santos ángeles; los apóstoles de mi Sagrado Corazón formarán cruzadas de reparación con el fin de reparar las ofensas y traiciones que recibo de muchísimos de mis hijos; los apóstoles de mi Sagrado Corazón serán almas eucarísticas, llevarán vida profunda de oración y de vida sacramental.

Hijo, no tengas miedo de aceptar mi propuesta de amor en este día.

[¿Cuál, Señor?]

Quiero que seas apóstol de mi Sagrado Corazón para que, con tu sacrificio y desvelo de amor, mengües mi sufrimiento. 

[Señor: Tú sabes que soy imperfecto, nada bueno tengo para ofrecerte, solo mi miseria, mi nada. Aún no entiendo cómo tu mirada se ha posado sobre mí siendo tan pecador. ]

Precisamente por lo que tú eres, te he llamado; son los hombres los que señalan y excluyen, son los hombres los que hacen clasificaciones, son los hombres los que se dejan guiar por las apariencias; mientras que Yo escruto el corazón, doy infinidad de oportunidades para que los pecadores vuelvan a Mí. Soy Yo el que borro del libro de la vida algunas páginas de aquellas almas que han experimentado mi Amor y mi Misericordia, que han sabido encontrarse conmigo cara a cara y se han postrado a mis Divinos pies para llorar sus pecados.

No mires más tu pasado, levanta tu mirada al Cielo y descubre mi presencia en el sol, en las estrellas, en la luna.

No mires más hacia atrás, camina siempre hacia adelante. Mi Sagrado Corazón es un océano infinito de Misericordia; por eso, este diario espiritual va dirigido, también, a los impíos, a todos los ingratos que han despreciado mi amor y se han alejado de su casa paterna.

[Gracias te doy, amado Jesús mío; tus palabras caen en lo profundo de mi corazón y me animan a amarte más, a caminar siempre tras de ti, a lanzarme al riesgo.] 

No me hables de riesgos, porque a mi lado nada te pasará; no me hables de riesgos, el alma que lo ha dejado todo por Mí recibirá el ciento por uno, le tendré predispuesta una morada en el Cielo. Pero te entiendo, porque sé que eres débil y algunas cosas que te pido hacer, te cuestan; no puedo revelarte, en un solo instante, mis misterios divinos; como ves, lentamente te los he ido descubriendo; porque te asustarías, quizás intentarías esconderte como el profeta Jonás.

Ángel mío, amado mío: este es el momento para que saborees mis palabras, para que descanses en Mí y me entregues tus fatigas; todo lo que te hablo a ti se lo comunico, también, a los corazones humildes, corazones que se han dejado abrasar por la llama de mi Amor Divino. Por eso, este diario espiritual será alimento que nutrirá y fortalecerá la fe de todos mis hijos, apóstoles de mi Sagrado Corazón, que se han dejado cautivar por mi voz; apóstoles de mi Sagrado Corazón que han descubierto, en mis palabras, un libro de oro que les da sabiduría.

[Señor, no encuentro palabras para manifestarte mi amor; pero Tú sabes todo lo que pienso y lo que siento. Me has cautivado; por eso, heme aquí como tu esclavo de amor, haz conmigo lo que Tú quieras; pero dame fuerzas para obrar siempre de acuerdo a tu Divina Voluntad.]

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.