Esta es la hora para que me digas sí

421 . Esta es la hora para que me digas sí

30 de Octubre de 2013 (2:25 p.m.)

Este es el momento para decirte que te amo, este es el momento para herir tu corazón de amor; los rayos de mi luz divina traspasarán todo tu ser.

Este es el momento para animarte a caminar siempre en pos de Mí. 

No te dejes vencer por el desaliento; no permitas que el miedo, la duda, la indecisión te paralicen o te hagan caminar hacia atrás. Fuiste llamado para una vocación sublime y celestial; eres siervo reparador, eres alma adoradora del silencio; mi mirada de amor ha sido puesta sobre ti, no vaciles en tu caminar.

Esta es la hora para que me digas sí.

Esta es la hora para que firmes un pacto de amor conmigo; sé siervo reparador, consolador de mi agonizante Corazón y del doloroso Corazón Inmaculado de mi Madre; te pagaré el ciento por uno, entregaré en tus manos el galardón de oro, te recompensaré en la vida eterna.

Este es el momento para llevarme tus miedos, tus enfermedades, los recuerdos más tristes de tu pasado; cuéntamelo todo, no quiero que experimentes más soledad; cuéntamelo todo, no quiero que sufras más. Sumérgete en lo profundo de mi Sagrado Corazón y las llamas de mi Amor Divino te consumirán en un idilio de amor.

Este es el momento para que te postres a mis sagrados pies y experimentes mis besos, mis abrazos.

Este es el momento para que me entregues las decepciones que hirieron tu corazón, tus proyectos fallidos, tus sueños truncados; como arquitecto divino trazaré en tu vida un proyecto de amor, te sentirás amado, por fin vivirás el santo abandono.

Este es el momento para que me entregues, de una vez por todas, los recuerdos más tristes y desoladores de tu vida; aplicaré bálsamo de amor en tu corazón, llenaré tus vacíos.

Este es el momento para que perdones de corazón; ya no más resentimientos, ya no más amarguras; vive en la continua alegría de haberte encontrado conmigo.

Este es el momento para que me entregues tu familia, las personas que tú amas, algo grande obraré en ellas; así como a ti te he concedido la gracia de conocerme, de dejar el mundo y de caminar tras mis huellas imborrables de amor, haré lo mismo con ellas; recuerda que soy el Dios que todo lo puede, en un segundo puedo enderezar el camino torcido.

Este es el momento para que me entregues tus pecados, tus debilidades; te daré la fuerza que necesitas para que te mantengas en virtud y en santidad.

Este es el momento para que te salgas de las cosas del mundo; camina tras las directrices de mi Evangelio, deja que sea Yo quien guíe tu camino. 

Este es el momento para que me pidas la luz del Espíritu Santo, y ráfagas de fuego descenderán del Cielo sobre ti, sentirás tu corazón arder de amor y de paz.

Este es el momento para que me pidas la fuerza que necesitas para tomar la decisión trascendental e importante en tu vida: dejarlo todo por Mí, hasta la separación de los tuyos; hasta el tener que partir a tierra extranjera pero con la alegría de sentir mi protección y mi compañía.

Este es el momento para que me entregues tu vida como barro blando en las manos del alfarero; déjame hacer de ti una obra perfecta, una obra finamente tallada y pulida.

Este es el momento para que pierdas totalmente el atractivo por las cosas del mundo; he tenido Misericordia contigo, no he tenido en cuenta tus pecados; tus maldades e iniquidades las he borrado del libro de tu vida.

Este es el momento para que me manifiestes tu amor; dime desde la profundidad de tu corazón que me amas; dime desde la profundidad de tu corazón que sin Mí te morirías de tedio, de melancolía; dime, desde la profundidad de tu corazón, que ha valido la pena dejarlo todo por Mí.

Este es el momento en que quiero sanar las heridas de tu corazón; entrega en mis manos tu corazón fragmentado, roto; aplicaré algunas gotas de mi Sangre preciosa y te sentirás totalmente nuevo, transformado.

Este es el momento para aumentar tu fe y hacer que camines como soldado aguerrido y valeroso, que no teme enfrentarse al enemigo porque está convencido de su triunfo, de su victoria.

Este es el momento para que me entregues tus tristezas, daré alegría a tu corazón para que me entregues tus inquietudes; daré paz a tu alma.

Este es el momento para que te abalances en mis brazos y sientas el palpitar de mi Divino Corazón.

No estás solo, siempre he caminado a tu lado, los hombres son quienes te han defraudado; Yo jamás te lastimaré, mi amor por ti no tiene límites; son los hombres los que, algunas veces, jugaron con tus sentimientos y alguna vez en tu vida creíste haber encontrado el verdadero amor. ¿Y qué encontraste? Desengaños, vacío.

Este es el momento para que comprendas que tu vocación es una manifestación más de mi Misericordia, una prueba más del amor que te tengo.

Este es el momento para que me pidas el don de la perseverancia, persevera hasta el final, una morada te tengo preparada.

Este es el momento en que quiero llenar los vacíos de tu corazón, los supliré con mi presencia. 

Este es el momento para que eleves tu mirada hacia el Cielo y descubras mi presencia en el firmamento azul o en el firmamento embellecido de estrellas.

Este es el momento para que te acojas a mi Misericordia, ya he perdonado tus culpas y pecados, he muerto en una cruz para darte salvación y vida eterna.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.