Ora y repara para que muchas almas vuelvan a Mí

422 . Ora y repara para que muchas almas vuelvan a Mí

9 de Noviembre de 2013 (10:01 p.m.)

Agustín, escribe para mi diario espiritual; no guardes ni escondas las palabras que hablo a tu corazón, no son tuyas; es necesario que las des a conocer a todos mis hijos; muchas almas serán arrebatadas de las garras de Satanás, muchos impíos se convertirán de corazón.

Entrégame todos tus sufrimientos espirituales, ofrécemelos en reparación por tus pecados y los del mundo entero; recuerda que te he crucificado en mi Santa Cruz, valora el sufrimiento como la oportunidad que te doy de asemejarte a Mí.

Aprende a derrotar al enemigo, orando confiadamente en mi protección; puedes estar seguro que no te dejaré morir como soldado combatiente en la guerra. 

No estás solo, camino a tu lado, estoy contigo. Pero tienes que pasar largas horas en el monte Calvario para que puedas entrar en una transfiguración plena de tu ser.

No te inquietes, conserva la paz; robo horas de tu sueño porque te necesito en vela como lámpara que arde en la oscuridad.

Ora y repara por todas las almas que están en peligro de condenación.

Ora y repara para que muchas de las ovejas extraviadas de mi redil vuelvan a Mí.

Entrégame tus angustias, tus temores; recuerda que para entrar en el Cielo debes pasar por el filtro de la prueba.

Abandónate plenamente en Mí y continúa tu marcha por el mundo como apóstol de la reparación, como víctima de amor de mi agonizante Corazón.

La misión que te he confiado exige sacrificio, oración, cumplimiento perfecto de mi Divina Voluntad. Vale la pena que sufras por amor a las almas, vale la pena que te desgastes y consumas tu vida en oblación.

Registra, en este diario espiritual, algunas experiencias de encuentros a solas conmigo que te permitiré vivir. Es necesario que el mundo las conozca para que sepan que estoy vivo y que actúo en los corazones humildes, simples, en los corazones que se asemejan al corazón de los niños.

En esta noche haz algunos sacrificios de amor; tengo frío, he querido entrar en el corazón de muchísimos hijos, pero no me lo han permitido; las puertas de sus corazones se hallan oxidadas; el olor a mundo, a pecado, me produce náuseas.

En esta noche reza con los brazos en cruz los actos de amor, para que muchas almas se salven.

Mantén siempre contigo el cuaderno, porque te despertaré en cualquier momento y te hablaré al corazón; entrarás en un estado de vigilia, porque te necesito en el Sagrario, reparando por todos los pecados de la humanidad.

Eres mi lápiz desgastado, y aún mis palabras no se han terminado; muchas lecciones de amor debo transmitirte a ti y a cada uno de los apóstoles de mi Sagrado Corazón; por eso, mantén tu corazón puro; confiésate cuantas veces caigas; recuerda, mi pequeño caudillo de amor, que hasta las faltas más leves hieren mi Corazón.

Necesitaba hablarte, descubrirte, por medio de palabras, el estado tan ignominioso en que me tienen los hombres.

[Veo a Jesús con su cuerpo azotado, ensangrentado; se encuentra atado a una columna, su mirada es triste y con voz melancólica me dice:] 

Hijo mío, en este estado me tienen las almas; con cada pecado flagelan mi Cuerpo santísimo, cada pecado es una lanza de desamor que atraviesa mi Corazón. Consuela, mengua mi dolor, llévate mi sufrimiento; ofrécete de nuevo como holocausto de amor, entrégame tu voluntad para Yo disponer de ti como quiera.

Hijo amado: ¿por qué temer al plan de amor que tengo trazado en tu vida? ¿Acaso temes a la persecución, al qué dirán de ti? ¿Acaso te consideras tan débil e incapaz para continuar la marcha y recorrer el largo camino de mi Divina Voluntad?

Es preciso que te fortalezcas por medio de la oración. No divagues más sobre si estas palabras son mías o tuyas, ¿acaso te parece poco la Misericordia que he tenido contigo al sacarte del mundo y hacerte apóstol de mi Sagrado Corazón?

Los secretos que un día le revelé a Santa Margarita María de Alacoque, hoy continúan a través de ti.

Las riquezas insondables que contiene mi Divino Corazón son riquezas de amor que las quiero entregar a todos mis hijos.

La devoción a mi Sagrado Corazón es prenda segura de salvación; por eso, reaviva esta devoción en el corazón de todos mis hijos.

Este diario espiritual va dirigido a todos los apóstoles de mi Sagrado Corazón del mundo entero, y tú tienes la gran tarea, la gran responsabilidad de plasmar por escrito mis palabras.

Agustín: cumple cabalmente con la tarea y la misión que he puesto en tus manos. Santa Margarita María de Alacoque te asiste desde el Cielo; mi Madre te arropa bajo su santo manto y Yo te escondo en lo profundo de mi Sagrado Corazón para que los hombres no te hagan daño.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.